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Un “futuro glorioso” para India, ofrece Modi

El freno al crecimiento y religión, fueron los elementos claves para la victoria nacionalista. Logran una mayoría absoluta en el Parlamento.

CIUDAD DE MÉXICO. El aplastante auge del nacionalismo hinduista en la India, bajo la bandera del Partido Bharatiya Janata (BJP) tiene su explicación en el desarrollo de la economía en ese país y la aparición de la clase media, quien luego de vivir un espectacular crecimiento a principios de este siglo, con tasas del ocho por ciento, de repente vio detenerse al progreso hasta menos del cinco por ciento, una inflación de dos dígitos y una corrupción galopante, consideraron especialistas consultados por El Financiero.

Para Héctor Bezares, profesor e investigador en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, el candidato de BJP, Narendra Modi, supo modular con habilidad su mensaje populista de derecha durante la campaña, al sugerir que no es el neoliberalismo que causa la desigualdad, sino su síntoma, es decir la corrupción.

De este modo, explicó el experto, blindó el apoyo que le ofrecen los grandes sectores empresariales y a la vez aprovechó el desencanto popular con la vieja casta política.

Además el hecho de que más del 80 por ciento de la población sea de religión hinduista le brinda, según Bezares, una base de apoyo natural a la propuesta de nacionalismo del BJP.

Más allá de su capacidad para gestionar la economía, la elección de Modi –de acuerdo con Manuel Ferez, investigador del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana (Ibero)-, suscita inquietud por el fundamentalismo religioso hindú de su partido, que le ha llevado a estar a punto de declarar la guerra al vecino Pakistán en más de una ocasión cuando el BJP ha estado en el poder.

Aquí cabe recordar –dijo-- que tanto la India como Pakistán son dos potencias nucleares y que Nueva Delhi está en plena fase de modernización de sus Fuerzas Armadas y de seguridad y que es el mayor importador de armas de los últimos cinco años. También suscita inquietud el recuerdo de las revueltas antimusulmanas en Gujarat en el 2002, con más de mil muertos, y la inacción del propio Modi para frenarlas.

"La India, con su enorme variedad de grupos étnicos y religiosos aunque haya una mayoría hindú, y más de 30 lenguas habladas cada una por más de un millón de personas y otras 100 por grupos minoritarios, es un mosaico que exige una gran capacidad de compromiso y de respeto para mantenerlo unido. Es de desear que la aplastante victoria del nacionalismo excluyente del BJP no altere esta argamasa sobre la que se asienta la mayor democracia del mundo", añadió el experto.

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