LA HABANA. El deshielo entre Cuba y Estados Unidos, que aceleró las negociaciones de la Unión Europea y la isla para normalizar su propia relación, flota en el encuentro del bloque de Bruselas y la CELAC, que se desarrolla con la marcada ausencia del presidente Raúl Castro.
Como es habitual, nada se ha dicho aquí sobre la inasistencia del mandatario, quien dejó entrever que acudiría a la cita.
No obstante, Castro es uno de los jefes de Estado que menos viaja al exterior y envió al segundo en la línea de mando, el primer vicepresidente Miguel Díaz-Canel, quien abogó por "un diálogo constructivo", aunque aceptó que "aún existen diferencias".
El escenario es sin embargo distinto al de encuentros previos. Tras las pláticas con EU, la Mayor de las Antillas se revalorizó como un mercado apetecido, en el que los europeos, sobre todo españoles, se han afianzado gracias a que el embargo perjudica a los empresarios estadounidenses.
En esa dirección se inscribió la visita en abril a La Habana del presidente francés, Francois Hollande, la primera de un jefe de Estado galo desde que se establecieron relaciones a principios del siglo XX, y los constantes viajes de políticos y empresarios europeos, emulando en una especie de carrera contra reloj a sus pares norteamericanos.
Luis de Guindos, ministro español de Economía, vendrá en julio y el titular de exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, lo hará antes de finalizar 2015.
Además, en Bruselas los días 15 y 16 de junio se efectuará la cuarta ronda de negociaciones para un acuerdo de diálogo político y cooperación UE-Cuba.
CUBA - UNIÓN EUROPEA, SOCIOS ECONÓMICOS
Según cifras oficiales, de los diez principales socios económicos de Cuba, cinco son europeos; el 28.5 por ciento del intercambio comercial de la isla se realiza con empresas de esa parte del mundo; 80 inversiones europeas se registran en sectores como el turismo, el tabaco y la industria alimentaria; y de los tres millones de turistas que visitaron Cuba en el 2014, un millón vino de los países de la UE.
Otro elemento que hizo singular esta cumbre fue el fortalecimiento de la integración de América Latina y el Caribe –sumando a la derecha y a la izquierda- y la recuperación económica de la región, que contrasta con la crisis en la que siguen sumidos varios de los integrantes del bloque del viejo continente.
Los primeros intercambios entre las partes se realizaron en abril y agosto de 2014, los cuales, en opinión de expertos, "fueron sobre todo exploratorios" luego de tantos años de desencuentros desde que en 1996 el entonces presidente del gobierno español, José María Aznar, promoviera la llamada posición común, alineada a la política de sanciones que en esos momentos aplicaba Washington contra la isla.
Ya en marzo pasado, el tercer encuentro estuvo signado por los contactos oficiales entre cubanos y estadounidenses, y se evidenció el interés de la UE en "acelerar el proceso" hacia un acuerdo bilateral.
El viceministro cubano de relaciones exteriores, Abelardo Moreno, también presente en Bruselas, expresó su confianza en que en la ronda de los próximos días pueda cerrarse el capítulo relacionado con la cooperación y dijo que después se podría "entrar en una negociación más profunda de temas vinculados con el comercio y el diálogo político".