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¿Tus padres saben realmente en qué consiste tu trabajo?

Uno de cada tres padres no entiende o sabe en qué trabajan sus hijos de acuerdo con una investigación encargada por LinkedIn, por lo que diversas empresas en Estados Unidos han adoptado el esquema de llevar a los padres al trabajo para que éstos puedan aprender sobre los empleos de sus descendientes.

Como muchos feriados falsos, el Día de Llevar a los Padres al Trabajo tuvo como precursora a una marca. LinkedIn ideó el concepto hace tres años, cuando algunos empleados se dieron cuenta de que ninguno de sus padres sabía cómo pasaban sus días útiles.

De hecho, según investigaciones encargadas por LinkedIn, uno de cada tres padres no entiende de qué trabajan sus hijos. A los miembros de cierta generación les resulta difícil imaginarse el día a día de un creador de software o un gerente de marketing para dispositivos móviles, o incluso el de un escritor moderno en internet.

En LinkedIn, el Día de Llevar a Tus Padres al Trabajo es un día de aprobado en el cual los padres pueden aprender sobre los empleos de sus hijos.

Este año, más de setenta empresas les abrieron las puertas a padres y madres, en comparación a menos de veinte el primer año. En la sede de LinkedIn en Mountain View, el día comienza con un desayuno, sigue con una bienvenida del máximo responsable ejecutivo, Jeff Weiner, y un panel en el que algunos empleados describen sus trabajos. Hay más actividades después del almuerzo, incluyendo un tour por la oficina y oportunidades para hacer contactos.

CON MAMÁ
Bloomberg no celebra oficialmente el Día de Llevar a Tus Padres al Trabajo y sólo se enteró de su existencia el miércoles 4 de noviembre, un día antes de las festividades. Pero Natalie Kitroeff logró que su mamá, Anita Isaacs, aceptara ir a la oficina a pasar el día. O al menos parte del día: tenía que irse a una clase de Pilates a las 15:00.

Tras algunas presentaciones, Isaacs y Kitroeff se sentaron a trabajar en escritorios adyacentes en nuestro esquema de oficina abierta. "Shhh, mamá. Baja la voz. Mamá, estás haciendo ruido". Así es como Natalie pasó buena parte del día la semana pasada. Desafortunadamente, la mamá de Kitroeff ignoró la mayoría de los pedidos de su hija.

A diferencia de uno de cada tres padres, a Isaacs no le costó entender los detalles del trabajo de su hija. No es tan diferente al suyo: ella es una profesora universitaria que está trabajando en un libro y llevó su laptop con la esperanza de escribir un poco.

Lo que no entendió es cómo Natalie logra hacer algo con todas las distracciones. "Yo miraría fútbol todo el día", dijo, señalando las tres pantallas de TV sobre un conjunto de escritorios. También quedó fascinada con nuestros monitores dobles, con Twitter a un lado y el e-mail parpadeando al otro. "Me sorprende que ustedes puedan concentrarse tanto y ser productivos". (Qué poco sabe...).

Lo que distraía a Kitroeff era su mamá. Mientras usaba su celular, ella le lanzó una sonrisa autoconsciente a su mamá. "Fue difícil hacer periodismo de verdad", dijo Kitroeff más tarde. "Ella estaba sentada ahí". Tras más o menos una hora, Kitroeff tuvo que ir a una reunión con su editor. "¿Voy?", le pregunta su madre. "¡No, mamá, no!".

Kitroeff pierde la batalla y mamá va a la reunión. Para Isaacs, termina siendo la parte más instructiva del día, y no porque aprendió algo sobre el trabajo de su hija. En vez de eso, le mostró los beneficios de la colaboración. Buena parte de su trabajo se hace en soledad. "Ella me ayudó mucho en mi carrera", dijo Isaacs mientras su teléfono vibraba con menciones en Twitter. Acaba de publicar una columna de opinión en el New York Times, algo que nunca habría hecho sin el aliento de su hija.

El día terminó abruptamente cuando Isaacs tuvo que irse a su clase de Pilates. Kitroeff está a favor de llevar a los padres al trabajo. "Debería darse más seguido. Me gustan los padres". En cuanto a Isaacs, ella dijo que ya tenía una idea bastante sólida del flujo de trabajo de su hija. "No tengo consejos", dijo. "Me voy sintiendo admiración".

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