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Tillerson trata de calmar las tensiones con Corea del Norte

El presidente Trump consideró "necesario emitir una declaración muy fuerte dirigida a Corea del Norte" ante las amenazas, dijo el secretario de Estado y agregó que los estadounidenses no deben estar preocupados. 

El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, minimizó la amenaza de un inminente ataque en Corea del Norte un día después de que el presidente Donald Trump advirtiera que podría desatar "fuego y furia" contra el régimen de Kim Jong-un.

"Los estadounidenses deberían dormir bien en la noche, no tener preocupaciones sobre esta retórica particular de los últimos días", dijo Tillerson a periodistas en su avión después de una parada en el sudeste asiático.

"El presidente, de nuevo, como comandante en jefe, consideró necesario emitir una declaración muy fuerte dirigida a Corea del Norte".

Los comentarios de Trump repercutieron en todo el mundo, provocando una venta generalizada en los mercados globales y provocando una ola de críticas en Washington.

El senador John McCain dijo que no estaba seguro de que Trump estuviera listo para actuar, mientras que Eliot Engel, el principal demócrata del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, dijo que los comentarios "socavaron la credibilidad de Estados Unidos al trazar una absurda línea roja".





Tillerson dijo que Estados Unidos está participando en un esfuerzo diplomático muy activo para frenar los avances de Kim Jong-un de conseguir un arma nuclear que podría atacar el territorio continental estadounidense.

El funcionario señaló que Corea del Norte debería estar buscando el diálogo "con la expectativa adecuada de lo que serían esas conversaciones".

"Mi primera orden como presidente fue renovar y modernizar nuestro arsenal nuclear. Ahora es mucho más fuerte y poderoso que nunca", dijo Trump en Twitter el miércoles por la mañana, en su primer comentario sobre el tema desde la amenaza de "fuego y furia".

"Esperemos que nunca tengamos que usar este poder, pero nunca habrá un momento en que no seamos la nación más poderosa del mundo!".

Japón y Corea del Sur, los dos países más amenazados por un ataque estadounidense contra Corea del Norte, desestimaron en gran medida las amenazas de Trump. La agencia de noticias Yonhap citó a un funcionario no identificado en la oficina presidencial en Seúl diciendo que no hay una "crisis inminente".

En una declaración el miércoles, China instó a todas las partes a evitar tensiones cada vez mayores y volver al diálogo.

Un ambiente de riesgo se apoderó de los mercados el miércoles, con el oro, el yen japonés y los bonos subiendo. Las acciones europeas cayeron tras descensos en la mayor parte de Asia.

ALIADOS DE EU  DESCARTAN AMENAZA DE TRUMP


Los dos países más amenazados por un ataque estadounidense contra Corea del Norte desecharon en gran medida la amenaza del presidente Donald Trump de desencadenar "fuego y furia".

Corea del Sur dijo que estaba atenta a nuevas provocaciones por parte de Corea del Norte y que seguiría presionando por la paz. La agencia de noticias Yonhap citó a un funcionario no identificado de la oficina presidencial en Seúl, quien habría dicho que no había una "crisis inminente".

En Japón, el portavoz del gobierno, Yoshihide Suga, pasó más tiempo contestando preguntas sobre una disputa con Estados Unidos por la seguridad de su avión militar Osprey, que hablando de Corea del Norte.

Un alto funcionario japonés, que pidió no ser identificado discutiendo deliberaciones internas, dijo que no hay movilización para un ataque militar y que muy pocas personas en el gobierno están tomando en serio los comentarios de Trump.

Los comentarios de Trump resonaron en todo el mundo, provocando una caída en los mercados globales y una ola de críticas en Washington.

El senador John McCain dijo que no estaba seguro de que Trump estuviera listo para actuar, mientras que el representante Eliot Engel, el principal demócrata de la comisión de asuntos exteriores de la cámara baja, dijo que los comentarios "socavaron la credibilidad estadounidense al trazar una absurda línea roja".

La reacción moderada refleja en parte una larga historia de lidiar con las amenazas de Corea del Norte: ambos aliados de Estados Unidos han estado durante mucho tiempo en la línea de fuego de Kim Jong-un y escuchan regularmente las amenazas de muerte y destrucción del régimen. Corea del Sur y Japón tienen ambos en su territorio tropas estadounidenses y dependen del "paraguas nuclear" estadounidense para disuadir de un ataque.

Aun así, los comentarios de Trump el miércoles –al parecer hechos de improviso en respuesta a una pregunta– ponen de relieve una creciente preocupación por la fiabilidad de Estados Unidos como socio estratégico. Trump ha dicho que Corea del Sur y Japón deberían pagar más para albergar tropas estadounidenses y ha tratado de renegociar las condiciones comerciales.

DAÑOS COLATERALES


El mes pasado, el general Joseph Dunford, presidente del Estado Mayor Conjunto, despertó preocupación cuando dijo que era "inimaginable" permitir que Corea del Norte tuviera la capacidad de atacar una ciudad estadounidense con un arma nuclear.

El senador Lindsey Graham le dijo a NBC News la semana pasada que Trump le había dicho que "si miles mueren, morirán por allá".

"La priorización de la patria estadounidense y la seguridad de la patria estadounidense están trastornando muchas verdades entendidas: la idea de que Estados Unidos defendería a Seúl como si fuera Los Ángeles", dijo John Park, director del Grupo de Trabajo de Corea en la Escuela Kennedy de Harvard.

"Ahora el punto de vista es que, para proteger la patria estadounidense, los daños colaterales allí son aceptables".

La perspectiva de un conflicto en la región sacudió a los inversores el miércoles. El índice de referencia de Corea del Sur Kospi cayó un 1.1 por ciento a su nivel más bajo desde el 21 de junio, mientras que el won bajó a su menor nivel en tres semanas. El índice Topix de Japón tuvo la mayor declinación en casi tres meses.

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