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Transportistas paralizan Honduras para clamar por su seguridad

Chóferes de taxis y autobuses se manifestaron, en paro laboral, en  Tegucigalpa para demandar al Gobierno medidas de seguridad que los proteja de la ola de violencia que está azotando al país, y especialmente al  gremio transportista que se ve amenazado por el cobro de “impuestos de guerra”.

TEGUCIGALPA. Taxistas y conductores de autobuses paralizaron este miércoles sus actividades en la capital de Honduras para demandar al Gobierno medidas de seguridad, ante una ola de crímenes contra sus colegas por parte de pandilleros que les exigen "impuestos de guerra" para trabajar.

Miles de personas se vieron obligadas a caminar en Tegucigalpa, capital del atribulado país centroamericano azotado por la violencia de las pandillas o "maras", además de la generada por los cárteles mexicanos de la droga que disputan rutas para trasegar cocaína.

El paro fue convocado por los empresarios del transporte de Tegucigalpa y es el primero que se extiende a toda la ciudad en protesta por las cada vez más frecuentes extorsiones de los mareros, que hasta matan a quienes se oponen a pagarles.

Autobuses y taxis suelen ser atacados a tiros, e incluso algunos han sido incendiados con sus conductores dentro, en las calles de las principales ciudades de Honduras.

La nación cuenta con la tasa más alta de homicidios en el mundo con 90.5 por cada 100 mil habitantes, según el último reporte de la Organización de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD).

Cerca de 40 personas, entre conductores, cobradores, despachadores, empresarios del transporte y pasajeros murieron en ataques a tiros contra autobuses y taxis en el primer semestre del 2014 y otras 19 resultaron heridas, según el estatal Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH).

"Todas las semanas, todos los meses tenemos conductores, cobradores y pasajeros muertos a manos de las pandillas y otros grupos criminales que nos extorsionan. No tenemos ninguna seguridad", afirmó el empresario del transporte, Jorge Lanza.

Centenares de autobuses y taxis se ubicaron cerca de la casa presidencial, donde líderes del movimiento se reunieron con el ministro de Seguridad, Arturo Corrales, para pedirle la adopción de estrategias para aplacar la inseguridad en el transporte.

"A mi esposo lo mataron a tiros sentado en su asiento de conductor hace dos meses, él me decía que tenía miedo que lo mataran pero no podía obtener otro empleo", confesó Carla Vásquez quien, junto a otras siete mujeres a las que les fueron asesinados familiares ,lucía vestida totalmente de negro y tenía su rostro cubierto por un chal.

"No más extorsiones y muertes. Que cesen los crímenes de conductores y cobradores", decía una pancarta en un autobús donde los trabajadores jugaban cartas, en las cercanías de la casa de Gobierno.

Los extorsionadores imponen cobros de entre 30 y 60 dólares semanales a unos mil 400 autobuses y 7 mil taxis en Tegucigalpa, dijeron dirigentes del sector.

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