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“También hay santidad donde el milagro no existe"

Roma recibirá a un millón de peregrinos este fin de semana; destacan que más de 60 delegaciones oficiales acudirán el domingo a San Pedro, informó El Vaticano.

CIUDAD DEL VATICANO. Roma se prepara a recibir a un millón de fieles católicos este fin de semana, con motivo de la canonización simultánea de Juan XXIII y Juan Pablo II, hecho único en la historia de la iglesia al reunir en la misma ceremonia a dos pontífices vivos, el emérito Benedicto XVI y Francisco, quienes fueron ordenados cardenales por los dos santos en ciernes. Se trata, resumió monseñor Liberio Andreatta, vicepresidente de Opera Romana Peregrinajes, entidad a cargo del hospedaje y organización de los feligreses, de un acontecimiento que suscita "una emoción extraordinaria".

Juan XXIII (papa en 1958-1962) y Juan Pablo II (1978-2005), muy diferentes entre sí, pero unidos por el apego a las tradiciones, su devoción a la Virgen María y el deseo de recuperar un mundo perdido, trabajaron para lograr la unidad de la iglesia y mejorar las relaciones con las comunidades cristianas.

En especial, las iglesias ortodoxas apreciaron al "papa bueno" Juan XXIII, quien invitó como observadores a representantes de esas comunidades, así como de las protestantes, al convocar al Concilio Vaticano II. Karol Wojtyla continuó su tarea sobre el ecumenismo y en la encíclica Ut unum sint (Que sean uno), enfatizó que "creer en Cristo significa querer la unidad; querer la unidad significa querer la iglesia".

Una de las mayores polémicas en torno a la canonización del domingo gira en torno a la inusual rapidez con que el pontífice de origen polaco será elevado a los altares. Sin embargo, el 5 de julio de 2013, poco después de asumir, Francisco firmó un decreto atribuyendo un segundo milagro a su intercesión, lo que habilitó el proceso a ocho años de que muriera. En el caso de Juan XXIII, empleando sus facultades, el papa consideró que no era necesario probar que intercedió en un milagro para canonizarlo.

Academia

Ayer, sobre el tema, el cardenal Elio Sgreccia, presidente emérito de la Academia Pontificia para la Vida, afirmó que "también hay santidad donde el milagro no existe", ya que lo importante es, dijo, "que la comisión encargada de la canonización se asegure de un fenómeno que no se puede explicar con la ciencia".

Las delegaciones procedentes de todo el mundo que presenciarán el acto en la plaza de San Pedro son más de 60; 19 jefes de Estado, 24 jefes de gobierno y 23 ministros (la delegación mexicana será encabezada por la señora Angélica Rivera, esposa del presidente Enrique Peña Nieto). Se espera la llegada de cuatro mil autobuses (mil 700 desde Polonia), de 58 vuelos charter, de decenas de trenes y de un buque de pasajeros que zarpó de Barcelona.

Para garantizar la seguridad, serán desplegados más de 10 mil policías y voluntarios. Cuando los alrededores del Vaticano estén saturados, el flujo será canalizado a las plazas Navona y Farnese, igual que a los Foros Imperiales, donde hay 19 pantallas gigantes. Se calcula que el ayuntamiento capitalino gastará cinco millones de euros para la organización, mientras que el Vicariado aportará medio millón, donado por patrocinadores. La Cruz Roja instalará en San Pedro seis puestos médicos avanzados, 53 ambulancias y 43 equipos sanitarios.

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