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Sospechosos de ataque en Francia, atrincherados con un rehén

Las fuerzas de seguridad inundaron la pequeña localidad industrial de Dammartin-en-Goele, en una gran operación para detener a los sospechosos del atentado terrorista con más víctimas que sufre Francia en décadas; versiones señalan que quieren morir como "mártires".

DAMMARTIN-EN-GOELE. Los dos hermanos sospechosos del mortal atentado contra Charlie Hebdo estaban acorralados dentro de una imprenta al nordeste de París, con un rehén y diciendo a la policía que "quieren morir como mártires", según un legislador.

Las fuerzas de seguridad inundaron la pequeña localidad industrial de Dammartin-en-Goele, en una gran operación para detener a los sospechosos del atentado terrorista con más víctimas que sufre Francia en décadas. Uno de los hombres fue condenado por cargos relacionados con el terrorismo en 2008, y una fuente de seguridad estadounidense dijo que los dos hermanos estaban en una lista de exclusión aérea.

Las autoridades evacuaron las escuelas cercanas, después de que los sospechosos accedieran por teléfono a permitir el paso de los niños, indicó Audrey Taupenas, portavoz de la localidad.





"Ellos ya han evacuado la escuela más cercana al lugar del sitio con rehenes y ahora evacuarán otras", señaló el vicealcalde Thierry Chevalier, quien agregó que las escuelas primarias y guarderías serían la primera prioridad. Los niños eran llevados a un gimnasio situado en el centro de la localidad para ser recogidos por sus padres.

Según un legislador, los sospechosos "dijeron que quieren morir como mártires", comentó Yves Albarello, que dijo estar dentro del puesto de mando, a la cadena francesa a i-Tele.

Al menos tres helicópteros sobrevolaban Dammartin-en-Goele, cerca del aeropuerto Charles de Gaulle. Dos pistas de aterrizaje se cerraron a los vuelos de llegada para evitar interferencias en la operación, indicó un portavoz del aeropuerto.

El ayuntamiento pidió a los vecinos que permanecieran dentro de sus casas. 

El asedio en la pequeña localidad se producía después de que los sospechosos secuestraran un coche en un pueblo cercano.

Xaviar Castaing, portavoz jefe de la policía regional de París, y la portavoz del ayuntamiento Audrey Taupenas señalaron que parecía haber un rehén dentro de la planta de impresión.

Christelle Alleume, que trabaja al otro lado de la calle, dijo haber oído disparos durante su descanso para el café el viernes por la mañana.

"Oímos disparos y volvimos muy deprisa porque todo el mundo tenía miedo", dijo a i-Tele. "Nos ordenaron apagar las luces y no acercarnos a las ventanas".

El primer ministro de Francia, Manuel Valls, dijo que ambos hombres eran conocidos por los servicios de inteligencia.

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