CHARLESTON.- Los tres precandidatos demócratas a la presidencia de Estado Unidos volvieron a enfrentarse anoche en el último debate antes de la elección interna que comenzará en dos semanas en Iowa.
El control de armas centró la discusión entre los candidatos punteros, la exsecretaria de Estado, Hillary Clinton, y el senador por Vermont, Bernie Sanders, quien se acercó peligrosamente en las últimas semanas.
Clinton echó en cara la votación que Sanders hizo en 2005 en favor de los fabricantes de armas, mientras el senador consideró que los ladrones y las personas con problemas mentales no deben tener acceso a ningún tipo de armamento.
El exgobernador por Maryland, Martin O´Malley, tercero en los sondeos se promunió por un nuevo liderazgo en el país.
Durante el debate Hillary Clinton describió su relación con el presidente ruso Vladimir Putin como una de "respeto". Sin embargo, también lo llamó "bravucón" con una "trayectoria irregular" y prometió que "lo enfrentará" si la eligen presidenta de Estados Unidos.
Clinton subrayó que censuró la agresividad de Putin antes de que ella pusiera fin a su cargo de secretaria de estado en el primer periodo del presidente Barack Obama.
También dijo que no lamenta haber ofrecido a Rusia un "botón de reinicio" al inicio de sus funciones como como secretaria de estado.
Los precandidatos presidenciales utilizan esa frase de Clinton de amplia difusión para para atacarla y hacerla aparecer como débil en política exterior.
Por su parte Bernie Sanders defendió su plan para un sistema de salud universal, el cual, dijo, ahorraría a las familias más dinero de lo que les costaría el aumento en impuestos para costearlo.
Aunque su plan incrementaría en 2.2 por cieto los impuestos de todos los contribuyentes estadounidenses, las familias de clase media ahorrarían 5.000 dólares en costos de pólizas de seguros, aseveró.
Hillary Clinton ha criticado a Sanders por proponer un plan que —dice— aumentaría los impuestos y reavivaría un tema política divisorio.