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Retroceso de glaciares seca el río más importante de Europa

Tras una prolongada sequía en el verano, el fuerte tránsito en uno de los puntos menos profundos del Rin estuvo paralizado durante casi un mes.

El ferri de autos de Kevin Kilps revuelve las aguas del río Rin en Alemania mientras se dirige hacia la orilla frente a Kaub, una aldea pintoresca justo al sur del risco cuyo nombre homenajea a la legendaria sirena Lorelei.

Normalmente, es una parte muy concurrida de la vía fluvial. En un día común, el transbordador lucha por abrirse camino entre gabarras que llevan insumos a las fábricas en el sur y bienes alemanes a los puertos en el Mar del Norte, y con barcos turísticos que se dirigen a los castillos medievales y viñedos de la zona.

Tras una prolongada sequía en el verano boreal, el fuerte tránsito en uno de los puntos menos profundos del Rin estuvo paralizado durante casi un mes a fines del año pasado, con lo cual quedó inhabilitada una arteria fundamental de transporte.

El impacto afectó la maquinaria industrial alemana y desaceleró el crecimiento económico en el tercer y el cuarto trimestre. Fue la señal más reciente de cómo hasta las economías industriales avanzadas luchan cada vez más contra los efectos del calentamiento global.

"Se puede ver que los niveles del agua están cada año más bajos", dijo Klips, que agregó equipos de flotación extras al barco de 150 toneladas durante la paralización para que pudiera volver a cruzar el río. "Asusta ver cómo cambia el clima".

Problemas

El Rin nace en las alturas de los Alpes suizos y serpentea mil 300 kilómetros por las zonas industriales de Suiza, Alemania y Países Bajos antes de desembocar en el mar en Róterdam, el puerto más activo de Europa. Es un conducto fundamental para fabricantes como Daimler, Robert Bosch y Bayer.

Cuando el bajo nivel del agua frenó el transporte marítimo en el verano boreal, la acerera Thyssenkrupp se vio obligada a posponer envíos a clientes como la automotriz Volkswagen porque no podía llevar materias primas a una usina en Duisburgo.

Las limitaciones en el Rin le costaron cerca de 250 millones de euros (285 millones de dólares) al fabricante de químicos BASF, que tuvo que usar opciones de transporte más caras.

En una entrevista reciente con un diario, su máximo ejecutivo, Martin Brudermüller, llamó a invertir fuerte en infraestructura, como esclusas y represas que puedan liberar agua, para garantizar que las vías fluviales se mantengan abiertas.

Al río lo alimentan glaciares y lluvias. Pero los flujos de hielo alpino se achicaron 28 por ciento entre 1973 y 2010 —año del estudio en profundidad más reciente del Gobierno suizo— y ese declive podría llegar a 35 por ciento hoy, según Wilfried Hagg, experto en glaciares de la Universidad de Múnich.

"Los Alpes están calentándose todavía más rápido a medida que se derriten la nieve y el hielo", dijo Hagg. "Un clima en calentamiento vuelve más probable que se repitan incidentes como los niveles fluviales bajos del verano pasado".

En Kaub —famosa por el castillo de Pfalzgrafenstein, una antigua e imponente estación de cobranza de impuestos sobre una roca en el medio del Rin—, los locales han notado que el nivel del río baja cada vez más y están preocupados por lo que depararán los próximos años.

"Creo que vamos a tener problemas con mucha más regularidad", dijo Kilps, un veterano que lleva 15 años en el Rin, mientras los autos entraban a su ferry.

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