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Republicanos, contra la reforma migratoria


 

Agencias

WASHINGTON, DC.– Pese a las presiones del presidente Barack Obama y de su antecesor en la Casa Blanca, George W. Bush, los 234 republicanos que forman la mayoría de la Cámara de Representantes desecharon ayer a puerta cerrada la iniciativa de reforma migratoria integral aprobada por el Senado, para adelantar que en su caso, abordarán el tema paso a paso, sin ofrecer un plan concreto o un calendario; tampoco hicieron mención alguna de la ciudadanía que demandan los cerca de 11 millones de indocumentados en Estados Unidos.

Encabezados por su líder, John Boehner, los diputados federales recordaron en un comunicado que Obama aplazó recientemente un capítulo clave de su propia reforma del seguro médico, lo que los lleva a pensar que en su gobierno "no se puede confiar para que cumpla sus promesas de asegurar la frontera (con México) y aplicar las leyes como parte de una sola propuesta de ley, como la aprobada por el Senado".

Después del encuentro, algunos legisladores concedieron que hay apoyo para una iniciativa que permita la naturalización de los migrantes que llegaron al país de niños y que ahora se benefician de una tregua de dos años en las deportaciones ordenada el año pasado por Obama. No obstante, enfatizaron que el plan de la Cámara alta carece de respaldo en sus filas, pese a que 14 republicanos votaron a su favor.
 
"No tengo ninguna urgencia", dijo John Fleming, representante de Louisiana.
 
Poco antes, Boehner había advertido que buscará un "enfoque paso a paso", en el que el primero "es que tienes que tener un plan serio de seguridad fronteriza", pese a la virtual militarización del límite sur promovida por el Senado.

Cuando asoma en el horizonte de agosto el receso de cuatro semanas en las sesiones de la Cámara baja, Bush, un republicano que no pudo sacar adelante la reforma en sus dos periodos, efectuó una rara incursión en el debate político para pedir a sus correligionarios "espíritu benevolente".
 
Durante una ceremonia de naturalización en la bibioteca que lleva en su nombre en Dallas, Texas, Bush afirmó que EU "puede ser una sociedad legal y que dé la bienvenida al mismo tiempo", para agregar que "las leyes que gobiernan el sistema inmigratorio están quebradas. El sistema está roto".

Horas antes, Obama, quien se reunió con los 27 miembros de la fracción hispana de la Cámara de Representantes, difundió un informe de su equipo destacando las ventajas que traería la reforma, apoyada por el Liderazgo Nacional de los Hispanos Cristianos.
 
Jay Carney, vocero presidencial, expresó que hacerlo "es lo moralmente correcto".

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