TOKIO.- El presidente estadounidense Barack Obama dijo que Washington está abierto a estrechar relaciones con Pekín; sin embargo, dicha interacción no avanzará a expensas de Japón o cualquier otro aliados.
Las palabras del presidente llegan ante el temor de Tokio y otros aliados de que su compromiso de protegerlos frente a una China cada vez más fuerte se ha debilitado.
Obama llegó a la capital japonesa, la primera visita de un mandatario estadounidense desde 1996, en el inicio de una gira por cuatro países realizada en un momento de creciente tensión en la región, al tiempo que Washington ha instado a Corea del Norte a detener sus pruebas nucleares.
El mandatario estadounidense declaró al diario japonés Yomiuri que Washignton recibe con beneplácito a una China "próspera, estable y pacífica", pero que el comprimido con el gigante asiático "no viene y no vendrá a expensas de Japón o de cualquier otro aliado".
Japón, cuyos lazos con China se han enfriado en los últimos dos años, ha mostrado inquietud sobre el prometido "pivote" de recursos militares y diplomáticos de Estados Unidos para Asia.
China, por su parte, teme que Estados Unidos esté llevando a cabo una política de contención a través de su red de aliados asiáticos, varios de los cuales tienen disputas territoriales de larga data con Pekín en los mares de China Oriental y del Sur.
Hace unos días, la agencia de noticias china Xinhua criticó la política estadounidense al señalar que se desarrolla "un plan cuidadosamente calculado para enjaular al gigante asiático".
Asimismo, Obama refrendó su apoyo a Tokio en la disputa territorial que mantiene con Pekín por las islas en el Mar Oriental de China, al tiempo que garantizó el respaldo a Corea del Sur en su disputa con el vecino del Norte.
Obama se reunirá el jueves con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, y posteriormente viajará a Seúl, Malasia y las Filipinas.