Con una campaña aérea que Estados Unidos y sus aliados lanzaron el 23 de septiembre, hasta ahora los resultados más concretos se habrían registrado en el campo energético, con la destrucción de refinerías en poder de IS en el este de Siria y bombardeos a sus puestos de mando y control en Rakka, Deir el Zor, Hasaká y El Bukamal; a largo plazo, privarán a los salafistas de una importante fuente de ingresos, pero no han alterado el frente en ese país e Irak.
La ofensiva de EU en apoyo a milicias sunitas y kurdas, así como al ejército irakí, también logró impedir que el Estado Islámico ocupara uno de los mayores yacimientos petroleros en Kirkuk y lo expulsó de Beiyi, la principal refinería y planta de energía en Irak.
La importancia del sector en la antigua Mesopotamia, destacó WSWS, está fuera de duda con su quinta reserva mundial probada de crudo, que ahora es explotada, desde el norte kurdo hasta el sur chiíta, por firmas como BP, ExxonMobil, Shell, Lukoil, ENI, Statoil y hasta Genel, la empresa británica turca dirigida por Tony Hayward, titular de BP durante el desastre ecológico en el Golfo de México de 2010.
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