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Raúl Castro pide a Obama olvidarse de una oposición política

Con miras a la próxima visita de Barack Obama a la isla, Cuba pidió cese del embargo, la devolución del territorio de Guantánamo y la eliminación de los programas injerencistas dirigidos a provocar situaciones de desestabilización y cambios en el orden político, económico y social del país. 

LA HABANA.- El gobierno de Raúl Castro en Cuba, reiteró ayer que acogerá con toda consideración y respeto al presidente Barack Obama durante su próxima visita a la isla, aunque recalcó las diferencias existentes entre ambas partes y llamó a Washington a abandonar "la pretensión de fabricar una oposición política interna, sufragada con dinero de los contribuyentes estadounidenses".

En un extenso editorial sobre la visita del mandatario estadounidense, que se sitúa del 20 al 22 de marzo y no del 21 al 22 como ha dicho hasta ahora la Casa Blanca, el diario oficial Granma apuntó que el proceso de normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos apenas se inicia y "ha avanzado sobre el único terreno posible y justo: el respeto, la igualdad, la reciprocidad y el reconocimiento de la legitimidad de nuestro gobierno".

El diario demandó, además del cese del embargo-bloqueo y la devolución del territorio de Guantánamo donde está la base norteamericana, la eliminación de "los programas injerencistas dirigidos a provocar situaciones de desestabilización y cambios en el orden político, económico y social de nuestro país". "La política de cambio de régimen tiene que ser definitivamente sepultada", puntualizó el editorial del vocero del gobernante Partido Comunista de Cuba.

En recientes declaraciones a la web Cubadebate, Fulton Armstrong, excoordinador de inteligencia nacional para América Latina de Estados Unidos, dijo que la asignación por Washington de más de 250 millones de dólares para "promover la democracia" en Cuba ha creado en la isla una especie de casta "de disidentes empresariales, ávidos de desembolso en efectivo".

"No es solo mi criterio que el gobierno de Estados Unidos ha creado tales disidentes, es el criterio de la mayoría de analistas serios en Washington que siguen la política con Cuba", afirmó Armstrong, quien consideró que "un criterio clave para las operaciones de ayuda en Cuba debería ser similar al que se utiliza para otros países con los que la Casa Blanca tiene relaciones diplomáticas y con los cuales está tratando de mejorar sus vínculos".

FIN A LA MANIPULACIÓN 

Desde que anunció su viaje, Obama expresó su interés de reunirse con los disidentes, algo que hizo ya el secretario de Estado, John Kerry, durante su traslado a La Habana, en agosto pasado. Además, el gobierno estadounidense ha puesto, propagandísticamente, el tema de los derechos humanos en el centro de esta visita.

Sobre el asunto, Granma recordó que "Cuba defiende la indivisibilidad, interdependencia y universalidad de los derechos humanos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales" y demandó el cese de "la manipulación política y el doble discurso sobre los derechos humanos".

El editorial apuntó que ésta será la segunda visita al país de un mandatario estadounidense desde 1928, aunque aclaró que será la primera vez "que un presidente de Estados Unidos viene a una Cuba dueña de su soberanía y con una Revolución en el poder, encabezada por su liderazgo histórico."

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