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¿Quiénes son los candidatos a la presidencia de Costa Rica?

Los costarricenses elegirán al próximo presidente, entre el pastor evangélico Fabricio Alvarado Muñoz o el exministro Carlos Alvarado Quesada.

SAN JOSÉ.- Costa Rica volverá el domingo a las urnas para definir en un balotaje al sucesor del presidente Luis Guillermo Solís.

Unos 3.3 millones de costarricenses deberán escoger entre el pastor evangélico Fabricio Alvarado Muñoz o el exministro de izquierda Carlos Alvarado Quesada.

A continuación, perfiles de los candidatos a la presidencia del pequeño país centroamericano para el mandato 2018-2022:

Fabricio Alvarado Muñoz

Cuando hace una década Fabricio Alvarado dejó una exitosa carrera televisiva para seguir su fe como predicador y cantante evangélico, nunca imaginó que las casualidades le llevarían a disputar la presidencia de Costa Rica el domingo.

A sus 43 años, este hombre de clase media baja, casado y con dos hijas pequeñas, ha galvanizado al electorado conservador, poblaciones marginadas y sectores empresariales que buscan influencia política a través de pequeños partidos como el suyo, Restauración Nacional (PRN), que ni tiene local propio.

En 2014, su destreza ante las cámaras, adquirida en su época de reportero de sucesos, le valió la sorpresiva invitación para liderar la lista del partido evangélico y lograr el único escaño de la agrupación en las elecciones legislativas de aquel año.

Cuatro años de diputado y su dominio escénico como cantante le permitieron destacar entre el tropel de candidatos de la primera vuelta, donde su promesa de desafiar la resolución a favor del matrimonio gay de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le valió ser el más votado el 4 de febrero.

Sin embargo, su carisma y telegenia no han podido suplir la ausencia de respuestas sobre su plan para Costa Rica, por lo que el candidato redujo su exposición a los medios y evitó las entrevistas de cara al balotaje del domingo.

Descrito por otros dirigentes políticos como "conciliador y humilde", activistas lo ven como la encarnación del oscurantismo religioso que se cierne sobre el país, considerado el bastión progresista de la conservadora Centroamérica.

Su amenaza de sacar a la democracia más antigua de América Latina del sistema interamericano de Derechos Humanos para defender su soberanía, lo catapultó en las encuestas en un país donde siete de cada 10 se declaran conservadores y religiosos, desatando una tormenta política sin precedentes..

De ganar, Alvarado Muñoz ha prometido mejorar las fuentes de empleo, aplicar una política de emergencia fiscal para atacar el déficit, fusionar entes reguladores para reducir el gasto público, bajar el precio de la electricidad y reconvertir el Instituto de la Mujer en un Instituto de la Familia.

Carlos Alvarado Quesada

En 2016, Carlos Alvarado Quesada intuyó que el éxito de movimientos como los que sacaron al Reino Unido de la Unión Europea o los que boicotearon los acuerdos de paz en Colombia llegarían a su país. Viendo la urgencia de renovar el liderazgo de su partido, acabó por lanzarse como candidato presidencial.

Casado y con un hijo pequeño, este periodista y politólogo de clase media alta podría convertirse con 38 años en el presidente más joven de la historia de Costa Rica y entrar en el club de líderes que llegaron al poder antes de los 40, como el francés Emmanuel Macron o la neozelandesa Jacinda Ardern.

Sus aliados destacan su preparación y compromiso político, que pulió durante varios años como asesor de comunicación del Partido Acción Ciudadana (PAC) en el Congreso y en el sector privado, trabajando para la estadounidense Procter & Gamble.

Sin embargo, sus críticos le reprochan el reciclar promesas que el Gobierno de Solís no pudo cumplir, como atajar el creciente déficit fiscal, generar empleos, frenar la delincuencia récord o eliminar la pobreza extrema, área de la que estuvo directamente encargado como ministro de Desarrollo Humano y de Trabajo.

Cuando comenzó la campaña en 2017, Alvarado Quesada y el PAC quedaron rezagados en las encuestas por el desencanto de sus bases con las frustradas promesas de cambio y la ira general tras los escándalos de corrupción que salpicaron al gobierno.

Pero, contra todo pronóstico, logró pasar a la segunda vuelta después de que los sectores progresistas reaccionaron al ver de favorito al exdiputado evangélico Fabricio Alvarado Muñoz.

En la campaña hacia el balotaje, Alvarado Quesada buscó hacer valer su detallado programa electoral frente a las vagas propuestas de su contrincante, repitiendo que el plan de gobierno es el "contrato" con los ciudadanos.

Aunque la curiosidad política del mediano de tres hermanos surgió en la adolescencia explorando las librerías en un viaje familiar a Cuba, su primera pasión fue la creación artística.

Mientras estudiaba en la universidad pública, fue vocalista del grupo de rock progresivo Dramátika, donde escribió todas las letras de su único álbum "Trágico y absurdo". Luego incursionó en la literatura, publicando cuatro libros en 10 años, incluyendo su premiada novela "La vida de Cornelius Brown".

De llegar a la casa presidencial, el político con estudios del desarrollo en Reino Unido, ha prometido reducir el déficit fiscal a la mitad, garantizar la igualdad de derechos para las personas de la comunidad LGBTI y poner énfasis en el cambio climático y la descarbonización de la economía.

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