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¿Qué hizo Snowden mientras esperaba en aeropuerto?


 
 
Gabriel Moyssen
 
 
Durante los 40 días que pasó confinado en el aeropuerto de Sheremetyevo, en Moscú, Edward Snowden, el ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos que estremeció al mundo con sus revelaciones sobre el espionaje de ese país, se mantuvo ocupado leyendo la novela Crimen y Castigo de Dostoyevsky, además de aprender el alfabeto ruso y navegar en Internet, reveló su abogado, Anatoly Kucherena.
 

A propuesta del mismo Kucherena, Snowden, quien ayer obtuvo un año de asilo en Rusia, también leyó a otros clásicos del país euroasiático para entender su mentalidad, como Anton Chéjov y Nikolai Karamzin, quien en el siglo XIX escribió la primera historia completa del Estado ruso.
 
 
Las circunstancias de su estadía en la terminal aérea fueron "similares a las de un arresto domiciliario, sólo que no en casa", detalló al diario británico The Guardian el abogado, tras resaltar que "yo no hubiera aguantado 24 horas con él en el aeropuerto. ¿Qué es la zona de tránsito?
 
 
Es un lugar estéril, donde hay constantes anuncios por altavoz cada día... un vuelo de Washington acaba de arribar, otro de Londres, otro de Barcelona. Los escuché por horas mientras estuve ahí; si una persona está ahí indefinidamente puede llevarla a la psicosis".
 
 

Kucherena empezó a ayudar a Snowden desde el 12 de julio, después de que el ex analista de la NSA se entrevistó con funcionarios del gobierno ruso y defensores de derechos humanos, para transformarse en su único enlace con el mundo exterior.
 
 
Varias veces acudió al aeropuerto, para trasladarse en autobús del área de salidas al salón donde Snowden se encontraba, sin custodia ni asistentes. El hombre de 30 años llegó ahí procedente de Hong Kong prácticamente sin equipaje, por lo que le llevó camisas y un nuevo par de zapatos.
 
 
Luego de aparecer esta semana en un noticiero ruso por video con Lon Snowden, el padre de Edward, Kucherena se ha concentrado en ayudar al primero a tramitar una visa para visitar a su hijo, que se ha desplazado a un lugar reservado por motivos de seguridad, previsiblemente bajo la vigilancia de la inteligencia rusa.
 
 
Kucherena habló con Lon sobre las posibilidades de su viaje, pese a que existe "algún tipo de juego con la FBI que es ilegal", y añadió que "es claro que se preocupa por su hijo. Está orgulloso de que haya madurado para ser una persona así... comprende la carga que su hijo soporta ahora y las presiones que enfrenta. Me pidió que saludara a Edward y que le diera un abrazo. Quiere verlo".
 
 
 

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