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Policía turca dispersa a manifestantes en Estambul


 
Reuters
 
Estambul.- La policía turca antimotines disparó con cañones de agua para dispersar a miles de manifestantes contra el Gobierno estel sábado en el centro de Estambul, mientras que el primer ministro Tayyip Erdogan criticó a los cabecillas de las protestas que, dijo, juegan a favor de los enemigos de Turquía.
 
Los últimos acontecimientos en la Plaza Taksim interrumpieron seis días de relativa calma en la mayor ciudad de Turquía, aunque estuvieron muy lejos de igualar la ferocidad de enfrentamientos previos en ese lugar y en otras ciudades que comenzaron hace más de tres semanas.
 
Manifestantes lanzaron claveles contra una falange de manifestantes que llevaban escudos, que avanzaron lentamente hacia ellos, acompañados por un cañón de agua, para dispersar a la multitud en la plaza.
 
"¡Policías, no traicionen a su pueblo!", gritaron activistas después de ser dispersados hacia las calles que conducen hacia Taksim. Testigos dijeron que la policía usó más tarde gas lacrimógeno para dispersar a grupos de manifestantes en una calle principal en las inmediaciones.
 
Horas antes, Erdogan dijo a miles de partidarios en la ciudad de Samsun, en el Mar Negro, que la agitación había jugado a favor de los enemigos de Turquía.
 
Una multitud de alrededor de 15,000 personas de su partido AK lo vitorearon y ondearon banderas turcas, mientras Erdogan llamaba al público a dar su respuesta a manifestaciones en las urnas, cuando Turquía celebre elecciones municipales en marzo.
 
La policía usó la fuerza contra activistas que se oponen a planes para desarrollar el Parque Gezi, adyacente a la Plaza Taksim, lo que dio paso a una mayor muestra de ira contra lo que críticos califican como el autoritarismo de Erdogan.
 
El primer ministro de 59 años, que ha liderado a Turquía durante un período de bonanza económica y que aún goza de un amplio apoyo popular, pasó a la ofensiva nuevamente y dijo que un grupo de interés formado por especuladores de mercados financieros se habían beneficiado por la agitación social.
 
"¿Quien perdió a partir de estas protestas? La economía turca, (y) pese a que en forma pequeña, el turismo perdió. (Las manifestaciones) opacaron y mancharon la imagen y el poder internacional de Turquía", sostuvo.
 
Las protestas han remarcado las divisiones en la sociedad turca entre los conservadores religiosos musulmanes, que forman la base del apoyo a Erdogan, y turcos más liberales, que han participado en manifestaciones pacíficas.
 
Erdogan, que ganó su tercera elección consecutiva en el 2011 con un 50 por ciento de las preferencias, se ve a sí mismo como un campeón de las reformas democráticas y se ha irritado por las protestas y por la condena internacional a su respuesta ante el descontento popular, principalmente por la de su socio comercial clave Alemania.
 
Durante su década en el poder, Erdogan ha reducido los poderes de un Ejército que derrocó a cuatro gobiernos en cuatro décadas y buscó el fin de 30 años de rebelión kurda.

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