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Río de Janeiro.- El día era perfecto este sábado en la playa de Copacabana en Río de Janeiro. Pero en lugar de pelotas de playa y bikinis, los casi 2 millones de personas que abarrotaron la playa trajeron biblias, rosarios y crucifijos.
Se trata de peregrinos de todo el mundo que buscan ver y saludar a papa Francisco en los últimos días de su visita de una semana a Río de Janeiro y Sao Paulo.
Francisco estuvo eSTE sábado en la mañana en el Teatro Municipal de Río de Janeiro, en donde instó a los líderes de la ciudad a recordar a los más desfavorecidos de la sociedad. En el escenario también se reunió con los miembros de las tribus indígenas de Brasil, que le regalaron un tocado de plumas.
A lo largo de su viaje, Francisco ha abrazado lo inesperado, caminado entre las multitudes e instado a los católicos a sacudir la iglesia. Los fieles parecieron haber recibido el mensaje este sábado, cuando se congregaron en la enorme curva de la playa de Copacabana para saludarlo.
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