La próxima visita de Barack Obama a Cuba, la primera de un presidente de Estados Unidos a la isla comunista desde enero de 1928, había levantado expectativas sobre una posible reunión entre el mandatario y Fidel Castro.
Obama planea conversar con el presidente cubano, Raúl Castro, durante su histórica visita del 20 al 22 de marzo, confirmó la Casa Blanca, pero no se reunirá con Fidel, de 89 años, legendaria figura que tomó el poder tras una revolución en 1959 y lideró a Cuba por 49 años.
"No hemos tenido ninguna discusión sobre la realización de esa reunión, y ciertamente no la buscaríamos", dijo en entrevista el asesor adjunto de Seguridad Nacional, Ben Rhodes, quien fue uno de los negociadores en las conversaciones secretas que llevaron a un deshielo en las relaciones entre ambos países.
Cuestionado sobre si una reunión estaba descartada, Rhodes respondió: "Sí".
La Casa Blanca había dicho previamente que no anticipaba una reunión con Fidel Castro, pero no la había descartado.
Pese al objetivo de la visita de avanzar en el deshielo entre los antiguos enemigos de la Guerra Fría, Rhodes afirmó que Obama no usaría su viaje para cumplir con las demandas de cerrar Radio y TV Martí, emisoras estadounidenses creadas para transmitir programas anticomunistas en la isla caribeña.
Rhodes confió también en que el Gobierno comunista no pondrá obstáculos a una reunión entre el presidente de Estados Unidos y disidentes en La Habana.
Washington dejó en claro cuando programó el viaje que Obama se reunirá con disidentes, pese a las objeciones de los líderes cubanos que lo consideran una intromisión en los asuntos internos.
Rhodes dijo que la lista de participantes en el encuentro no se ha terminado y que se realizará en dependencias estadounidenses, lo que sugiere que sería en la embajada o en la residencia del embajador.
La reunión se realizaría tras los eventos oficiales con Raúl Castro.