México y Guatemala construirán un gasoducto de 600 kilómetros de longitud con el que buscarán la integración energética y el abasto de gas natural a menor costo para ambas naciones.
Para ello, este miércoles, durante la VI Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), que se celebra en Mérida, Yucatán, los presidentes de México, Enrique Peña Nieto, y de Guatemala, Otto Pérez Molina, firmarán el acuerdo entre la Secretaría de Energía y el Ministerio de Energía y Minas del país vecino, para dar luz verde al proyecto, que será financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), según informaron fuentes diplomáticas a El Financiero.
El gasoducto tendrá una extensión de 600 kilómetros, partiendo de Chiapas, en un punto por determinar, hasta el departamento de Escuintla en el centro–sur de Guatemala, aunque las mediciones y trazos todavía están en estudio.
El objetivo es que en el caso de Guatemala la vía entre por la localidad fronteriza de Tecún Umán, en el departamento de San Marcos, y llegue hasta Escuintla, entidad con salida al Océano Pacífico; sin embargo, también existe la posibilidad de que México proponga la entrada por otro sector de San Marcos o por Huehuetenango, más cercanos a la Franja Transversal del Norte, agregaron las fuentes y el ministro de Energía y Minas guatemalteco, Érick Archila.
Proporcional
El monto del financiamiento, por unos 800 millones de dólares, será proporcional según la longitud del gasoducto en cada país. A Guatemala, se explicó, le corresponderían 180 kilómetros, por lo que asumiría la responsabilidad de unos 240 millones de dólares, mientras que México tendría a cargo la construcción en un tramo de 420 kilómetros, con un presupuesto de 560 millones de dólares. Después de la firma, el segundo paso será el establecimiento de una comisión técnica, además de analizar la demanda del hidrocarburo.
Las fuentes destacaron que el proyecto busca suministrar gas natural tanto a Guatemala como al sur de México, y fija las bases para impulsar un ambicioso programa de integración energética regional. La obra podría finalizarse en 2018 o 2019 y por acuerdo de las dos partes deberá ser controlada por el Estado, aunque tendría participación privada, aspecto que también está pendiente de estudio.
Además, se buscaría aprovechar el corredor del gasoducto para instalar proyectos industriales y convertir a Guatemala en una nación exportadora de energía, al tiempo que se fortalece la vocación de México en la materia. "Uno de los beneficios que traería es la baja en los costos de generación de energía para los dos países, ya que se impulsaría la instalación de una planta generadora", expresaron. Al respecto, cabe resaltar que Pérez Molina, entrevistado por El Financiero a principios de mes en el marco del Foro Económico Mundial en Panamá, enfatizó que el plan brindará "infinidad de oportunidades" de desarrollo para su país.