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Más de mil muertos en Pakistán por ola de calor

Las fallas en el sistema eléctrico y el ayuno en el Ramadán han sido factores que han coincidido con la ola de calor; meteorólogos han pronosticado lluvias, sin que éstas aparezcan. 

KARACHI, Pakistán.- Más de mil personas han muerto en la ciudad paquistaní de Karachi debido a la peor ola de calor en casi 35 años, dijo una entidad humanitaria, mientras las morgues se quedaban sin espacio y residentes llegaban a hospitales públicos sobrecargados.

Las tiendas de campaña con agua helada y sales de rehidratación se han propagado en las esquinas, manejadas por partidos políticos rivales y los militares.

La ola de calor en la ciudad de 20 millones de habitantes coincidió con severos cortes eléctricos, lo que ha dejado a muchos sin ventiladores, agua ni luz, y con el inicio del mes sagrado del Ramadán, cuando muchos musulmanes no comen ni beben durante las horas del día.


Algunas tiendas se han rehusado a vender hielo o agua durante el día, citando leyes religiosas que los dejan vulnerables a multas. También es ilegal comer o beber en público desde el amanecer hasta el crepúsculo.

El fin de semana la temperatura llegó a los 44 grados Celsius, el nivel más alto desde 1981, aunque el jueves había bajado a los 38 grados Celsius. Meteorólogos han estado pronosticando lluvias por días, pero no han habido precipitaciones significativas.

Las bolsas con cadáveres se han acumulado en el piso de las morgues, dijo Anwar Kazmi, un alto funcionario de la organización humanitaria Fundación Edhi. "La unidad de refrigeración no estaba funcionando bien debido a que había demasiados cuerpos", afirmó.

Kazmi dijo que más de 1,000 personas han muerto hasta el momento debido a causas vinculadas al calor. El gobierno provincial no ha hecho mucho, además de culpar a otros, sostuvo. "Agradecemos a los médicos y personal de hospitales gubernamentales que están trabajando incansablemente, tratando a un número sin fin de pacientes", comentó.

Los hospitales llamaron a estudiantes de medicina para que trabajaran turnos adicionales y solicitaron suplementos básicos, como sábanas y camillas.

Décadas de negligencia crónica por parte de gobiernos civiles o regímenes militares han provocado estragos en servicios sociales como la salud y la educación. 

Muchos hospitales públicos dijeron que ciudadanos han aportado agua helada y otros suministros. El número de pacientes declinaba lentamente a medida que bajaba la temperatura, dijeron médicos.

El hospital Jinnah registraba una respuesta abrumadora a su pedido de agua helada y camillas, dijo la doctora Tasneem Butt, y una organización humanitaria aportaba equipos de aire acondicionado rentados.

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