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Maliki renuncia como primer ministro Irak

Tras 8 años de un mandato en el que la división y el sectarismo fueron la constante, Nuri al-Maliki, fue comparado con Saddam Hussein a quien había combatido desde el exilio; aseguró que su renuncia ayudará al proceso político y la formación de un nuevo gobierno.

BAGDAD. Nuri al-Maliki finalmente desistió en su intento de mantenerse en el poder y renunció a su puesto como primer ministro de Irak, allanando el camino para formar un nuevo Gobierno de coalición que las potencias esperan pueda poner fin a la insurgencia suní que amenaza Bagdad.

Maliki puso fin a ocho años de un mandato divisivo y sectario, y en un discurso televisado le dio su respaldo al chií Haider al-Abadi, quien será su sucesor.

"Hoy anuncio ante ustedes, que para ayudar al proceso político y la formación de un nuevo gobierno, retiro mi candidatura a favor del hermano Dr. Haider al-Abadi", dijo Maliki.

El hombre que durante años complotó desde el exilio contra Saddam Hussein generó comparaciones con su ex enemigo, que lanzó una campaña de represión brutal contra los chiíes y los kurdos.

Los críticos acusaron a Maliki de ser un líder autoritario con una agenda sectaria que llevó a los suníes, entre ellos a líderes tribales fuertemente armados, a sumarse al Estado Islámico para revivir una sangrienta guerra sectaria.

Parado junto a clérigos, políticos y oficiales del Ejército -en un aparente intento de mostrar a los iraquíes que los líderes alcanzaron un consenso para el cambio-, Maliki habló de teorías conspirativas, algo usual en sus discursos.

Agencias de inteligencia regionales e internacionales provocaron una guerra sectaria al trabajar con "fuerzas políticas locales que dieron una pantalla política a organizaciones terroristas", aseguró Maliki.

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