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Lo que Francia sabe sobre los drones y EU ignora

Mientras que los estadounidenses analizan la normatividad para el uso de drones y cómo volarlos, los franceses tienen ya una industria establecida y en crecimiento.

Corentin Roland observa cómo un dron alado aterriza en su campo de colza mientras deja las manos metidas en los bolsillos del pantalón para protegerlas del húmedo frío invernal de las afueras del pueblo de Montepilloy, en las llanuras del norte de Francia.

La aeronave no tripulada negra y amarilla, con alas en flecha de la envergadura de una pequeña gaviota, acaba de completar un vuelo de nueve minutos sobre una parcela de 15 hectáreas. En dos días, la compañía con sede en París llamada Airinov enviará al productor rural de 23 años un correo electrónico con un plan de fertilización para su campo basado en los datos recogidos.

Roland es uno de miles de agricultores, mineras, compañías energéticas y de otro tipo de Francia que usan drones para supervisar todo tipo de cosas, de las malezas en las vías férreas a las pérdidas de los diques de los ríos. Francia, uno de los primeros países en reglamentar el uso comercial de los drones en 2012, ahora tiene registradas unas mil 250 compañías de drones –más que las apelaciones de origen de los vinos del país -.

"Francia claramente es uno de los más avanzados", dijo Philippe Botteri, socio en Londres de Accel Partners, firma de capital riesgo que fue uno de los primeros inversores en Facebook. "El potencial de mercado es de miles de millones".

Otros países están dejando pasar la oportunidad, y quizá ninguno más que Estados Unidos. A falta de una normativa formal, la Administración Federal de Aviación otorgó hasta ahora 44 exenciones de un total de 664 solicitudes de trabajo con drones comerciales. El organismo propuso normas para los pequeños drones comerciales el mes pasado, que incluyen la exigencia de que los pilotos mantengan contacto visual con sus aeronaves, pero esa propuesta llevará meses de consultas.

Francia está adelantada aproximadamente un año respecto de los Estados Unidos...

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CREAR EL MERCADO

"La reglamentación creó el mercado"., señaló Emmanuel de Maistre, máximo responsable ejecutivo de Redbird, compañía de París que usa drones para supervisar las vías férreas y las canteras.

Francia tiene una habilidad especial para dictar normas, y las reglamentaciones para drones no son la excepción. Los operadores deben aprobar un examen teórico y mostrar aptitud para volar drones. Para los vuelos más largos que salen de la línea de visión, los usuarios deben obtener una licencia de piloto con todo lo que marca la ley y realizar cien horas de vuelo y veinte horas de capacitación en drones.

Para pilotear drones más pequeños por diversión no hacen falta exámenes ni licencias. Sin embargo, hay reglas que valen para esa actividad también, como la prohibición de volar sobre una multitud o sobre "sitios sensibles" como las centrales nucleares. Las sanciones por infracciones pueden llegar a un año de cárcel y una multa de 75.000 euros. Las autoridades francesas han denunciado haber detectado drones que sobrevolaban bases de submarinos nucleares y el palacio presidencial del Elíseo así como múltiples vuelos nocturnos sobre París.

En Francia, las compañías están abocadas a procesar datos. En otros países, todavía están viendo cómo volar un dron y qué información se puede recoger

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