Cientos de presos, incluidos dirigentes de El Kaida (La Base), escaparon de las cárceles de Abu Ghraib y El Tayi, cuando rebeldes suníes lanzaron un asalto para liberarlos, informaron las autoridades irakíes.
El diputado Hakem el Zamli, de la Comisión de Seguridad y Defensa del Parlamento, aseguró que en Abu Ghraib huyeron entre 500 y 1,000 reos, entre ellos varios dirigentes de El Kaida.
Al menos 38 personas murieron y 39 más resultaron heridas tras los ataques coordinados contra las dos prisiones cerca de Bagdad, informó el Ministerio de Justicia. Otras 25 perecieron en un atentado con coche bomba contra un convoy militar en la ciudad de Mosul, lo que elevó a 63 la cifra de fallecidos.
En Abu Ghraib atacantes suicidas condujeron coches cargados con explosivos hasta las puertas de la prisión e hicieron estallar toda su carga, mientras insurgentes atacaban a los guardias con morteros y lanzagranadas.
Otros rebeldes tomaron posiciones cerca de la carretera principal combatiendo a los refuerzos enviados desde Bagdad, mientras insurgentes con chalecos explosivos entraban en la prisión para ayudar a liberar a los presos.
Diez policías y 4 guerrilleros perecieron en los choques posteriores, que continuaron hasta la mañana de hoy, cuando llegaron helicópteros para ayudar a recuperar el control de la cárcel.
Sin embargo, para entonces cientos de presos habían conseguido fugarse de Abu Ghraib, la temible prisión que se hizo famosa durante la ocupación norteamericana por las fotografías que mostraban torturas a los internos por parte de soldados estadounidenses.
"El número de presos fugados podría ser entre 500 y 1,000, la mayoría de ellos dirigentes de El Kaida que tenían sentencias de muerte", dijo El Zamli.
Un ataque simultáneo fue lanzado contra la prisión de El Tayi, 20 kilómetros al norte de Bagdad, siguiendo un patrón similar, pero los guardias lograron evitar que hubiera fugas de reos.
Tras estas acciones murieron 16 soldados y seis rebeldes. Las autoridades integraron un comité especial para contar los presos que permanecen en ambos centros penitenciarios –los mayores de Irak–, en donde se hallan centenares de reclusos por delitos de terrorismo, así como del orden común.
En Mosul, al norte de Bagdad, un suicida detonó explosivos alojados en un coche al paso de un convoy militar, matando a 22 soldados y tres civiles. Los hechos se producen tras una ola de atentados en Bagdad y sus alrededores que dejó 60 muertos y 190 heridos el pasado fin de semana.
(Agencias)
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