El muro fronterizo con México que Donald Trump prometió en la campaña no tiene que ser realmente un muro, dice el representante Dennis Ross, miembro del equipo de transición del presidente electo.
"'Muro' es un término que ayuda a entenderlo, a describirlo", dice Ross, republicano por Florida, agregando que "en realidad significa 'seguridad'. Podría ser un cerco. Podría ser vigilancia abierta para evitar que crucen. No significa un muro real".
Hasta los aliados más allegados al presidente electo en el Congreso se están esforzando por redefinir la principal promesa de campaña de Trump, que muchos consideran algo demasiado costoso y poco práctico para proteger la frontera de mil 933 millas (3 mil 110 kilómetros) con México.
La mayor parte de la inmigración ilegal puede frenarse con un cerco, un mayor número de agentes de la Patrulla Fronteriza y drones, sostienen.
El presidente de la Cámara, Paul Ryan, sugirió este domingo emplear enfoques que simplemente sean más lógicos.
"Las condiciones en el terreno determinan qué hace falta en un área determinada", dijo Ryan en una entrevista en '60 Minutes' por CBS.
El propio Trump se apartó brevemente de la idea de una muralla fortificada a días de la elección diciendo a CBS que aceptaría un cerco en algunas zonas, pero reiteró su promesa la semana pasada ante una multitud fervorosa en Cincinnati.
"Construiremos un gran muro sobre la frontera, desmantelaremos el cártel criminal y libraremos a nuestras comunidades de la epidemia de violencia de pandillas y drogas que llega a nuestro país", dijo Trump.
El presidente electo enfrenta probablemente mayor presión política para producir resultados respecto de esta cuestión que de cualquier otra.
Una encuesta del Pew Research Center realizada entre los días 25 de octubre y 8 de noviembre reveló que 79 por ciento de los votantes empadronados que lo respaldan ven la inmigración como "un problema muy grande".
Porcentajes más pequeños señalaron otras cuestiones como el terrorismo o empleos para estadounidenses de clase obrera.
Una encuesta de Pew en agosto reveló que 79 por ciento de los votantes de Trump quieren un muro sobre toda la frontera con México, en comparación con apenas 38 por ciento de los votantes empadronados.
Los republicanos en el Congreso dicen que el plan que tienen ellos para la seguridad fronteriza es más flexible.
"Creo que un muro se refiere a cualquier cosa que impida a la gente entrar ilegalmente en el país", dijo el representante Lou Barletta, republicano por Pensilvania, cuyo tema emblemático es la inmigración ilegal. "Podría ser una variedad de lo que se puede utilizar para lograrlo".
Los demócratas dicen que un enfoque flexible será clave para sancionar un plan en el Senado el año próximo, donde se necesitan 60 votos para aprobar la legislación, pero los republicanos controlarán como mucho 52 bancas.
"Si hablamos simplemente de un muro, estamos perdiendo el tiempo", dijo el senador Jon Tester, demócrata por Montana en la Comisión de Seguridad Interior.
"Tiene que ser una combinación de una serie de cosas que ya estamos haciendo --tecnología, personal y construcción física. Creo que ya lo estamos haciendo, pero podemos hacer más", añadió Tesler.
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