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La Habana lista para recibir a Obama, pero sin banderitas

El presidente de EU, Barack Obama, arribará a la isla de Cuba en menos de 24 horas para llevar a cabo la histórica visita que generaciones de cubanos nunca imaginaron.

Cuando el Air Force One aterrice mañana a las 5:05 de la tarde, hora local, en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana trasladando al presidente Barack Obama estará comenzando un acontecimiento que generaciones de cubanos nunca imaginaron.

"Pensé morirme sin ver esto", comentó Rodrigo Alonso, de 73 años, quien trabaja como parqueador en La Habana Vieja. "Si la visita es para bien, bienvenida sea", añadió.

Para María de los Ángeles Rodríguez, jubilada de 66 años, "que un presidente de Estados Unidos venga a Cuba estando en el poder los que hicieron la Revolución es algo que no me pasó por la mente".


Obama estará en la isla hasta el 22 de marzo y el primer punto de su agenda será un recorrido por La Habana Vieja, declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, donde tendrá un encuentro con el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega. Quien jugó un papel de enlace entre el papa Francisco, Obama y Raúl Castro cuando se negociaba en secreto el deshielo pactado el 17 de diciembre de 2014.

Para llegar a la Catedral de La Habana, el presidente estadounidense deberá caminar por calles estrechas como Mercaderes, en la que este viernes un grupo de obreros trabajaba aceleradamente tratando de cerrar con cemento y agua las grietas abiertas entre sus adoquines.

Hasta ayer no había banderas de Estados Unidos puestas por el gobierno en las avenidas por las que transitará el mandatario, aunque en algunas instalaciones privadas, como el restaurante "La moneda cubana", también en el casco histórico de la ciudad, una bandera de Cuba y otra de Estados Unidos ondeaban desde el balcón, al tiempo que a la entrada se veía un cartel con fotos del presidente estadounidense y de Castro, con el texto "Bienvenido, Obama".

Durante su estancia en la isla el presidente se alojará, junto con su esposa, suegra e hijas, en la residencia de los embajadores de Estados Unidos, una mansión de dos niveles construida entre 1939 y 1942 y que está ubicada en el barrio de Cubanacán, al oeste de la capital. "Este es un lugar que fue construido para impresionar", dijo John Caulfield, quien fue el principal diplomático de Washington en La Habana entre 2011 y 2014.

Hoy el diario Granma, órgano informativo del gobernante Partido Comunista de Cuba, publicó una breve nota anunciando la visita, así como un amplio texto de la dirección de los Comités de Defensa de la Revolución (Cdr), la mayor organización de masas del país.

"Los Comités de Defensa de la Revolución, nacidos el 28 de septiembre de 1960 como respuesta del pueblo cubano al terrorismo de Estado promovido desde entonces por el gobierno de Estados Unidos
contra la isla, asumen con respeto y hospitalidad la visita a Cuba del presidente norteamericano Barack Obama", recalcó la información difundida por Granma.

En tanto, en las últimas horas, funcionarios cubanos y estadounidenses han subido el tono de sus declaraciones, marcando las profundas diferencias que existen entre las dos administraciones.

Mientras el canciller Bruno Rodríguez dijo que "algo debe estar mal en la democracia de Estados Unidos cuando habla de empoderar a otros pueblos", el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, declaró que, a diferencia de la vieja política de aislamiento, esta vez Washington tratará directamente el tema de los derechos humanos con el gobierno cubano.

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