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La Habana celebra el fin de la política 'pies secos-pies mojados'

Josefina Vidal dijo que la política creaba serios problemas para la seguridad de ambos países y de los cubanos. Con el fin de esta política ahora los cubanos serán tratados de forma igualitaria.

LA HABANA.- Cuba elogió como una inteligente decisión de seguridad ciudadana para ambas naciones la eliminación de la política migratoria que permitía a cualquier isleño que llegara a suelo estadounidense quedarse y obtener estatus de residencia legal.

Los gobiernos de ambas naciones informaron la víspera, y de manera conjunta, sobre el fin de la política conocida como "pies secos, pies mojados", que permitía a los cubanos que llegaban a territorio estadounidense permanecer allí pero devolvía a aquellos que eran interceptados en alta mar, fomentando el contrabando con lanchas rápidas.

"Creaba serios problemas para la seguridad de Cuba, para la seguridad de los Estados Unidos, para la seguridad de nuestros ciudadanos que se veían expuestos por medio del aliento que implicaban estas políticas preferenciales a tráfico de persona, fraude migratorio, violencia", dijo el jueves por la noche Josefina Vidal, la encargada del área de Estados Unidos de la Cancillería.

Un número no determinado de personas murieron en estos años tratando de cruzar el estrecho de la Florida.

La gente que ya se encuentra realizando trámites amparada por los programas "pies mojados, pies secos" podrá continuar con el proceso y obtener su residencia legal.

La decisión se da tras meses de negociaciones enfocadas en parte en que Cuba permita el regreso de quienes sean rechazados por Estados Unidos y en el marco de un proceso de normalización de relaciones binacionales comenzadas en 2014 por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su homólogo en Cuba, Raúl Castro, para restablecer unos nexos rotos hace más de 50 años.

A partir de este momento, los ciudadanos cubanos que intenten entrar a Estados Unidos de manera ilegal y no cumplan los requisitos para recibir asilo humanitario serán deportados, de conformidad con las leyes estadounidenses y sus prioridades de aplicación, señaló por su parte Obama en un comunicado.

"Al tomar esta medida, daremos a los migrantes cubanos el mismo trato que damos a los migrantes de otros países. El gobierno cubano acordó recibir a los nacionales cubanos que regresen, tal como aceptó el regreso de migrantes interceptados en el mar", añadió.

Vidal también destacó que en el marco de este entendimiento, Estados Unidos eliminó su programa de 'parole', que admitía a profesionales cubanos de la salud en terceros países estimulándolos a emigrar.

La Habana también insistió en que ahora debe derogarse la Ley de Ajuste Cubano, aprobada por el Congreso de Estados Unidos en la década de los 60 y por la cual se otorga tratamiento especial de refugiado a los isleños y se les da residencia al año.

Cuba consideraba que esta norma y la política de "pies secos y pies mojados" eran parte de un 'arsenal' de hostilidades para politizar la cuestión migratoria, a la cual se sumaban las sanciones económicas con el objetivo de modificar un modelo político poco afín a Washington tras el triunfo de la revolución en 1959.

En una declaración escrita leída en la televisión estatal el jueves por la tarde para dar a conocer la noticia a la población, el gobierno de Cuba consideró que se trata de "un importante paso en el avance de las relaciones bilaterales".

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, podría revertir el cambio una vez que asuma el cargo la próxima semana.

Trump criticó las medidas de Obama para mejorar relaciones con Cuba, pero eliminar una política que permitió que cientos de miles de personas lleguen a Estados Unidos sin visa se alinea con el compromiso del mandatario electo de imponer medidas migratorias más estrictas.

"Pies mojados, pies secos" fue implementada en 1995 por el presidente Bill Clinton tras reformar una política migratoria más liberal. Hasta entonces, a los cubanos que eran capturados en el mar mientras intentaban llegar a Estados Unidos se les permitía quedarse en el país y podían obtener la residencia legal después de un año.

Washington era reacia a deportar gente a la isla socialista gobernada en ese entonces por Fidel Castro, y en general el gobierno cubano también se negaba a aceptar a los ciudadanos repatriados.

Entre la comunidad cubana en Miami hubo enojo contra el anuncio de Obama, mientras algunos consideraron que la medida incrementará las presiones para que haya cambios en la isla.

Las relaciones entre Estados Unidos y Cuba estuvieron congeladas durante décadas en la Guerra Fría, pero Obama y el presidente Castro reestablecieron vínculos diplomáticos plenos y abrieron embajadas en sus respectivas capitales en 2015. Obama visitó La Habana en marzo de 2016.

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