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Kerry visita Somalia; se solidariza con gobierno en lucha contra Al Qaeda

Se trata del primer funcionario estadounidense de esa jerarquía que visita Somalia ante estrictas medidas de seguridad; el secretario de Estado de la Unión Americana expresó su solidaridad con un gobierno que intenta derrotar a milicianos aliados con Al Qaida.

MOGADISCIO. El secretario de Estado norteamericano John Kerry visitó sorpresivamente Somalia para expresar su solidaridad con un gobierno que intenta derrotar a milicianos aliados con Al Qaeda y poner fin a décadas de guerra en el país africano. Es el primer funcionario estadounidense de esa jerarquía que visita Somalia.

Kerry llegó al aeropuerto de Mogadiscio poco antes del mediodía, donde lo recibieron el presidente Hassan Sheikh Mohamud y el primer ministro Omar Abdirashid Ali Sharmarke. Se reunió con ambos y con dirigentes regionales y de la sociedad civil antes de regresar a Kenia unas tres horas después.

"Hace más de 20 años, Estados Unidos se vio obligado a retirarse de Somalia", dijo Kerry en un discurso por video a los somalíes, invocando la debacle conocida como "Black Hawk Down" en que los milicianos derribaron dos helicópteros estadounidenses. "Ahora regresamos en colaboración con la comunidad internacional y traemos grandes esperanzas, pero también preocupaciones".

El viaje se realizó en medio de estrictas medidas de seguridad. El gobierno somalí supo apenas en la víspera que Kerry acompañaría a la principal funcionaria del Departamento de Estado para Africa, Linda Greenfield-Thomas. Y el hecho de que no salió del aeropuerto indica hasta qué grado sigue siendo un país peligroso e inestable.

"La próxima vez que venga tendremos que poder pasear a pie por la ciudad", dijo Kerry a Mohamud, quien respondió que el centro de la urbe "ha cambiado mucho".

El tema principal de discusión fue la lucha contra al-Shabab. Las fuerzas africanas y los drones estadounidenses han paralizado al liderazgo de la milicia y los ha despojado de buena parte del territorio que controlaban, así como de sus fuentes de ingresos.

Pero la descentralización de al-Shabab ha vuelto a los milicianos aún más peligrosos, al extender sus actividades a Kenia y otros países vecinos. La masacre de 148 personas, en su mayoría estudiantes, el mes pasado en la universidad keniana Garissa University College puso de manifiesto la capacidad del grupo de realizar ataques terroristas lejos de su base de operaciones.

Desde hace 25 años Somalia carece de un gobierno verdaderamente funcional y nacional. Después de derrocar al dictador Siad Barre en 1991, los caudillos empezaron a pelear entre ellos y sumieron el país en la anarquía. Milicias, extremistas islámicos y el ejército se disputaron el poder, hasta que la marea se volvió contra al-Shabab en los últimos años. La piratería también es un problema grave.

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