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Jean-Claude Juncker, nuevo líder de la Comisión Europea

El político conservador de 59 años, y que fue por casi dos décadas primer ministro de Luxemburgo, asumirá este martes la responsabilidad de dirigir al mayor bloque económico del mundo durante el siguiente lustro; para el diario británico "The Sun" es el hombre más peligroso de Europa.

BRUSELAS.- El nuevo líder de la más poderosa maquinaria burocrática europea es un maestro de los acuerdos entre bambalinas, y un político de carrera abierto e ingenioso, tanto que una vez defendió el derecho a mentir en tiempos de crisis.

Jean-Claude Juncker, exprimer ministro de Luxemburgo durante casi dos décadas, ha sido elegido como nuevo director ejecutivo de las 28 naciones de la Unión Europea en lo que puede calificarse de elección muy controversial, entre otras cosas porque el gobierno británico se opuso a gritos a su nombramiento. El tabloide británico The Sun lo retrató como "el hombre más peligroso de Europa".

Sin embargo, el político conservador de 59 años, está más que listo para ser elegido y por una abrumadora mayoría, como el próximo presidente de la Comisión Europea. Él será en noviembre el sucesor del actual titular, el portugués José Manuel Barroso y desde ese momento asumirá la responsabilidad de dirigir a la mayor economía del mundo durante los próximos cinco años.


La Comisión es el brazo ejecutivo del bloque europeo y está a cargo de redactar la legislación comunitaria, supervisar los presupuestos de los países miembro, vigilar la zona de libre comercio de la Unión Europea y reforzar las medidas antimonopolio.

Sus responsabilidades pasan por la negociación de un tratado de libre comercio con Estados Unidos, el diseño de las regulaciones financieras y la celebración de conversaciones con Rusia sobre el tema del gas. El presupuesto anual de la Comisión asciende a unos 140 millones de euros y se hace cargo de los subsidios agrícolas, las inversiones en infraestructuras y la ayuda al desarrollo.

Juncker anunció que los principales desafíos para su mandato serían impulsar el magro crecimiento del bloque europeo, fomentar la creación de empleo, reformar las instituciones de la UE, reducir la dependencia energética de Rusia y mantener a Gran Bretaña -cada vez más euroescéptica- dentro del club.

"Quiero llevar a Europa por la dirección correcta", dijo Juncker a los legisladores la semana pasada. "Necesitamos políticas que promuevan el crecimiento, pero no mediante la ejecución de los déficit presupuestarios más elevados."

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