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Iraníes celebran reapertura al mundo tras acuerdo nuclear

Iraníes tomaron las calles para celebrar el  acuerdo nuclear, el que esperan que ponga fin a años de sanciones económicas y a décadas de aislamiento internacional.

DUBÁI/BEIRUT.- Muchos iraníes tocaban las bocinas de sus automóviles y hacían gestos de victoria para celebrar el anuncio de un histórico acuerdo nuclear con potencias mundiales que esperan que ponga fin a años de sanciones económicas y a décadas de aislamiento internacional.

Millones de iraníes siguieron de cerca las negociaciones durante meses, con la esperanza de que un acuerdo pudiera permitir que la economía, golpeada por años de sanciones, se estabilice y haga más fácil sus vidas.

Algunas celebraciones se desarrollaron en las calles poco después del anuncio del acuerdo y se esperaban fiestas más grandes durante la noche, tras romper el ayuno de Ramadán.


"Este es el primer paso para convertirnos en amigos del mundo", comentó Bahar Ghorbani, una ama de casa de 36 años de la ciudad de Isfahán, 340 kilómetros al sur de la capital Teherán.

"Creo que el mayor logro de un acuerdo nuclear es la victoria de la lógica y el diálogo sobre la guerra y la violencia", agregó al ser contactada a través de Facebook.

El acuerdo implicará el fin de las sanciones que han provocado penurias económicas, particularmente en los últimos tres años, cuando se le impidió a Irán el acceso al sistema financiero internacional, lo que le dificulta la venta petróleo y el pago de importaciones.

Fue un triunfo para el presiente Hassan Rouhani, un político pragmático elegido por abrumadora mayoría hace dos años bajo la promesa de reducir el aislamiento del país de casi 80 millones de habitantes.

"Hoy es el fin de actos de tiranía contra nuestra nación y el comienzo de la cooperación con el mundo", declaró Rouhani en un discurso por televisión.

Sin embargo, el odio hacia Estados Unidos sigue siendo un principio básico del sistema gobernante de Irán, que quedó en evidencia la semana pasada durante un día anual de protestas en el que grandes multitudes en todo el país gritaron "Muerte a Estados Unidos" y "Muerte a Israel".

Los partidarios de la llamada "línea dura" iraní manifestaron dudas sobre el acuerdo nuclear y tenían reservas sobre los festejos de los "reformistas".

El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Khamenei, ha respaldado las negociaciones, pero aún no se ha manifestado sobre el acuerdo.

Abbas Abdi, uno de los políticos reformistas más influyentes de Irán, dijo a Reuters por teléfono que no le importa suspender buena parte del trabajo nuclear del país para conectarse con el mundo.

"La parte importante para mí es que Irán ha llegado a un entendimiento mutuo con el mundo y no ha sido humillado", comentó Abdi, que fue uno de los estudiantes que atacaron la embajada de Estados Unidos en Teherán en 1979 y mantuvieron a 52 diplomáticos como rehenes por 444 días, una crisis que puso fin a la relación entre ambos países.

Pero hoy no todos festejan en Irán.

Nassim, un diseñador gráfico de 42 años que dijo que a duras penas se sustentaba como artista, manifestó que no celebrará hasta ver mejoras en su propia vida.

"No salí a las calles. Es como la celebración por la Copa del Mundo. ¿Qué gano yo?", afirmó.

"Las calles de Teherán están llenas de autos convertibles caros. Ese es el efecto de las sanciones. Los que tenían dinero se hicieron más ricos y los pobres aún son pobres y seguirán siéndolo", agregó.

En redes sociales también se compartieron comentarios para celebrar el acuerdo.

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