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Habitantes de Islas Malvinas votan referendo de soberanía



Reuters

Islas Malvinas.- Los habitantes de las Islas Malvinas votaban el domingo en un referendo destinado a neutralizar el cada vez más firme reclamo de soberanía de Argentina por el territorio gobernado por Gran Bretaña.

Las tensiones diplomáticas entre Gran Bretaña y Argentina se han extendido por más de tres décadas luego de que ambos países fueron a una guerra por el archipiélago del Atlántico Sur, algo que ha inquietado continuamente a los aproximadamente 2,500 habitantes del lugar.

En medio de sentimientos patrióticos caldeados, los nacidos en las Malvinas -llamadas Falklands por los ingleses- y residentes de larga data votaban en un referendo que se extenderá por dos días y en el que se les pregunta si quieren seguir siendo una colonia inglesa.

Se espera que los resultados sean anunciados a las 2300 GMT del lunes.

Es probable que se produzca un casi unánime "sí", lo que ha llevado a Argentina a desestimar el referendo y calificarlo como una estrategia publicitaria sin sentido.

Sin embargo, se espera una alta participación debido a que los isleños ven esta votación como una oportunidad de hacer oír su voz.

"Esperamos que (...) aquellos países que (...) podrían estar dispuestos a dar el visto bueno a la afirmación de soberanía de Argentina puedan tener una pausa para pensar después del referendo", dijo John Fowler, subeditor del periódico semanal de las islas, el Penguin News.

"Este es un intento de decir 'esperen un minuto, hay otra cara de la historia'", agregó.

En la tranquila ciudad de Puerto Argentino -llamada Puerto Stanley por los británicos e isleños- los afiches del referendo, con la bandera de las Malvinas y el lema "Nuestras islas están en nuestras manos", adornan las ventanas de las casas y los locales comerciales.

En tanto, la oficina de correos lanzó una línea de sellos oficiales para conmemorar la ocasión.

OBSERVACIONES INCENDIARIAS

Algunos isleños son descendientes de colonos británicos que llegaron hace ocho o nueve generaciones y para ellos las Malvinas conservan un carácter inconfundiblemente británico, a pesar de una importante comunidad de inmigrantes chilenos y de la isla Santa Elena.

Los residentes dicen que las observaciones incendiarias hechas por la presidenta argentina, Cristina Fernández, y su canciller, Héctor Timerman, han alimentado el sentimiento patriótico en las islas, que se encuentran a unos 12,700 kilómetros de Londres y a sólo a 75 minutos en avión desde el sur de Argentina.

Las tensiones han ido creciendo por el descubrimiento de recursos petroleros en la cuenca de Malvinas y por las demandas persistentes de Fernández para que Gran Bretaña se siente a negociar la soberanía.

Londres dice que sólo aceptará negociaciones si los isleños quieren, algo que no han mostrado signos de hacer.

Timerman dijo el mes pasado que el referendo tenía el "espíritu de una campaña de relaciones públicas" y aliados del Gobierno han cuestionado su legitimidad. El país sudamericano reclama el territorio desde 1833, argumentando que lo heredó de los españoles tras la independencia y que Gran Bretaña expulsó a la población argentina de las islas.

El reclamo de soberanía ha sido constante en la política exterior argentina, pero después de que el ex dictador Leopoldo Galtieri envió tropas a las Malvinas en abril de 1982, y recibió a cambio una rápida respuesta de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, hubo períodos en que las relaciones mejoraron.

La guerra, en la que murieron 650 argentinos y 255 ingleses y que terminó con la rendición de Argentina 74 días después, es recordada en el país austral como un humillante error de una dictadura desacreditada. Y hoy nadie pide una acción militar.

"Hasta que Argentina sea capaz de convencer a los isleños de aceptar alguna forma de soberanía argentina sobre las islas, los esfuerzos de Argentina por reclamarlas serán un ejercicio inútil", dijo Mark Jones, cientista político de la Universidad de Rice, con sede en Houston.
 

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