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Guerrilla colombiana del ELN deja en libertad a periodista española

Salud Hernández fue entregada por los rebeldes del Ejército de Liberación Nacional a una comisión de la Iglesia y de la Defensoría del Pueblo en el departamento de Norte de Santander, fronterizo con Venezuela.

BOGOTÁ.- El segundo mayor grupo guerrillero de Colombia liberó a una periodista española a la que mantuvo secuestrada durante seis días en el noreste del país, informó un obispo de la Iglesia Católica.

Salud Hernández, reportera del diario El Mundo de España y El Tiempo de Colombia, fue entregada por los rebeldes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) a una comisión de la Iglesia y de la Defensoría del Pueblo en el departamento de Norte de Santander, fronterizo con Venezuela.

"Está bien, agotada, cansada, pero bien", dijo a periodistas el obispo de la diócesis de Ocaña, Gabriel Ángel Villa Vahos, quien reveló que la periodista fue recibida por dos sacerdotes.

Hernández había desaparecido el sábado cuando realizaba un reportaje sobre cultivos de hoja de coca en esa misma región.

Dos periodistas colombianos del canal de televisión RCN que viajaron a la zona para cubrir lo ocurrido con Hernández fueron retenidos el lunes por rebeldes del ELN, que también los dejarán en libertad en las próximas horas, de acuerdo con Villa Vahos.

El secuestro de Hernández, de 59 años y quien reside en Colombia desde hace casi dos décadas, y de los otros dos reporteros, generó protestas de organizaciones que defienden la libertad de prensa, que exigieron su inmediata liberación.

En la zona donde se produjeron los secuestros hay extensas plantaciones de hoja de coca, materia prima de la cocaína, y tienen presencia estructuras guerrilleras de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el ELN y bandas criminales.

El Gobierno y el ELN, que cuenta con unos 2 mil combatientes, acordaron a finales de marzo iniciar un diálogo de paz como parte de los esfuerzos para acabar con un conflicto de más de medio siglo que ha dejado 220 mil muertos.

Pero Santos condicionó el comienzo de la negociación a que el grupo rebelde, considerado como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, suspenda los secuestros y los ataques contra los oleoductos.

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