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Gobierno de Venezuela y oposición definen plan de trabajo para buscar la paz

El encuentro entre ambas partes está previsto que sea meramente para establecer una metodología de trabajo, sin embargo la oposición ha señalado que de no llegar a algún acuerdo, peligra el diálogo de paz. 

CARACAS, Venezuela. El gobierno y la coalición opositora comenzaron el martes por la noche un segundo encuentro para definir el plan de trabajo para el diálogo entre el gobierno y la oposición, que de no llegar a acuerdos podría poner en peligro el futuro del proceso.

Una delegación del gobierno, encabezada por el vicepresidente Jorge Arreaza, se reunió en privado el martes por la noche con representantes de la Mesa de la Unidad Democrática, grupo que aglutina a los opositores, para debatir sobre las fechas y plazos de instalación de las diferentes comisiones del eventual proceso de diálogo.

Aunque el encuentro está previsto que sea meramente para establecer una metodología de trabajo, Delsa Solórzano, integrante de la comisión de enlace de la oposición, afirmó que de no llegarse a acuerdos el proceso de diálogo podría peligrar.

"Es una reunión de trabajo para establecer... plazos y fechas de instalación de las comisiones, para establecer en qué medida y cómo vamos a lograr los objetivos, y si el gobierno no quiere eso simplemente no hay diálogo", dijo Solórzano por teléfono antes del encuentro.

Durante esta reunión, que se realiza en la sede de la vicepresidencia, se espera que la coalición opositora insista en una ley de amnistía, que ha sido una de sus banderas en el proceso. Los delegados opositores presentarán una lista con un centenar de personas que consideran "presos políticos" que podrían beneficiarse de una posible ley de amnistía, indicó Solórzano.

Entre los incluidos en la lista está Leopoldo López, dirigente de Voluntad Popular, que permanece detenido desde el 18 de febrero en una cárcel militar en las afueras de la capital, señalado de promover acciones violentas durante una protesta callejera.

"Confiamos en voluntad efectiva de todos para alcanzar la paz en Venezuela", afirmó el martes el canciller ecuatoriano Ricardo Patiño al confirmar en Twitter que viajaría a Caracas para participar en la segunda reunión. Los cancilleres de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo; de Colombia, María Angela Holguín, y de Ecuador, y el nuncio apostólico de Venezuela, monseñor Aldo Giordano, participan como facilitadores del proceso.

Ramón Guillermo Aveledo, secretario ejecutivo del bloque opositor, confirmó la "presencia de los cancilleres y el nuncio, empezaremos la primera sesión de trabajo preparatorio. Al salir, informaremos de lo conversado".

Cada encuentro de diálogo será público. Los equipos de trabajo emitirán información al final. Siempre diremos que traemos y las conclusiones", agregó Aveledo en Twitter.

UN MADURO OPTIMISTA

El presidente Nicolás Maduro se ha mostrado optimista ante el posible proceso de diálogo y dijo en una entrevista en el diario local Ultimas Noticias: "Sí logramos que la oposición venezolana llegue al convencimiento de que debe respetar la Constitución y al chavismo como fuerza mayoritaria con su proyecto político, sería un gran avance en el fortalecimiento de la democracia".

En un acto con motivo de su primer año de gobierno, Maduro dijo el martes que propuso dos temas centrales de discusión con sectores de la oposición.

"Propongo que la pacificación social sea un tema nacional, que nadie lo agarre para la politiquería miserable, bastarda... el tema del desarrollo y prosperidad de una economía no dependiente, no capitalista, es el segundo gran tema", dijo el gobernante en un discurso televisado, en que resaltó que los venezolanos "tenemos que superar la economía de puertos, tenemos que producir más en Venezuela y producirlo todo, dejar la importadera".

Los rígidos controles de divisas y la escasez de dólares hacen que resulte cada vez más difícil conseguir productos básicos importados como leche, harina, papel higiénico y aceite para cocinar. Los productores se quejan alegando los controles han reducido tanto el precio de los productos que no permiten sacar ganancias, lo que desalienta la producción.

Por su parte, el líder opositor y excandidato presidencial Henrique Capriles afirmó la víspera que el futuro del proceso de diálogo depende del ejecutivo, y declaró a la prensa que es necesario que el gobierno dé "señales". "El país está muy escéptico del diálogo porque ha pasado mucha agua debajo del puente, y como no hay hechos las personas pueden ser indiferentes, y está en el gobierno que eso cambie", agregó.

El gobierno y la coalición opositora, que agrupa cerca de una docena de partidos y organizaciones, sostuvieron el pasado 10 de abril un primer debate televisado de casi seis horas como parte del proceso de acercamiento.

El movimiento estudiantil, que ha sido el principal promotor de las protestas callejeras de los últimos dos meses, reiteró el martes a través de uno de líderes que los universitarios continuarán las manifestaciones y que por el momento no están dispuestos a dialogar con el gobierno de Maduro.

Juan Requesens, presidente de la Federación de Centros Universitarios de la estatal Universidad Central de Venezuela, dijo que "la protesta es pacífica, ese es el único camino. La violencia no puede ocupar los espacios de los demócratas".

Un grupo de opositores realizó el martes lo que denominó "caravana fúnebre", que recorrió algunas vías del este de la capital para recordar a los 41 muertos que han dejado las protestas callejeras de los últimos dos meses. Sobre los techos de más de una veintena de vehículos fueron colocados féretros de cartón.

A un año de la elección, Maduro, cuya popularidad descendió el mes pasado a alrededor de 40 por ciento según las principales encuestas locales, enfrenta una severa crisis económica y política que se agudizado por la persistencia de las protestas callejeras.

El politólogo Carlos Raúl Hernández afirmó que el gobierno de Maduro llega a la crisis debido al intento de "imponer un modelo protocomunista cuando ya el planeta entero sabe que eso condujo a un colapso".

"Imponer a rajatabla un sistema improductivo que arroja a la gente a la pobreza y quiebra a la economía conduce necesariamente a desequilibrios políticos", dijo Hernández, quien reconoció que el diálogo representa la salida que tiene el país para superar la crisis, pero manifestó dudas sobre el proceso.

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