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Gobierno de Colombia suspende negociación con cafeteros



AP

Bogotá.- Las protestas de los productores de café se incrementaron el viernes después de que el gobierno del presidente Juan Manuel Santos suspendió las negociaciones con ese numeroso gremio, en paro desde el lunes, y que obtuvo apoyo del sector de transportistas que ofrecieron sumarse a la huelga a partir de la medianoche.

Las autoridades suspendieron la negociación con los cultivadores de café que mantienen bloqueos viales desde el inicio de su huelga, por considerar que causa desabastecimiento en varias ciudades. Poco después del anuncio oficial, los camioneros dijeron que paralizarán sus servicios desde esta medianoche porque el gobierno no han atendido sus reclamos, básicamente sobre aumentos en los precios de los combustibles.

La coyuntura de paros y protesta, a la que otros sectores como los arroceros han dicho que podrían sumarse, es una de las más serias que enfrenta Santos en su tercer año de gestión. En febrero del 2001, Santos encaró un paro de los mismos camioneros y con la ayuda del vicepresidente Angelino Garzón, un antiguo sindicalista, logró contener la protesta.

En Colombia, sin una red nacional de ferrocarriles, las mercancías se mueven por carretera en camiones y los voceros de los tres principales gremios, con un total de 346.000 camiones afiliados, dicen que sufren pérdidas porque el costo del combustible supera al que reciben por fletes.

Orlando Ramírez, presidente de la Asociación de Transportadores de Carga, dijo en diálogo telefónico que su grupo, que reúne a unos 150.000 camioneros, y las otras dos grandes asociaciones del gremio de transporte, acordaron el paro en la jornada y luego que la víspera el gobierno implantara un nuevo aumento mensual en el precio de galón de combustible de 160 pesos y lo dejó en máximo 8.885 pesos el galón (4,9 dólares el galón) en algunas localidades.

Un camión, explicó Ramírez, puede gastar más de 950.000 pesos (unos 527 dólares) en combustible en un recorrido de Bogotá a Medellín, en el noroeste del país, y el flete que cobran es de 1,4 millón de pesos (unos 777 dólares), lo que no dejan margen para repuestos, entre otros gastos adicionales. "En vez de ayudarnos, el gobierno nos da la espalda", dijo Ramírez al asegurar que los camioneros transportan el 80% de las al menos 174 millones de toneladas anuales de carga que se movilizan en el país.

Los camioneros quieren discutir los costos de combustibles y que el gobierno obligue a las empresas a pagar los fletes de una tabla ya acordada pero que no se cumple, dijo.

Santos dijo en un mensaje de Twitter que ordenó a su ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas y a la Federación Nacional de Cafeteros que se reúnan el sábado y que junto con el titular de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, propongan un aumento al apoyo que ya reciben los caficultores, pero no ofreció más detalles.

Voceros de los caficultores en la mesa de diálogos, instalada la víspera en Bogotá, dijeron que regresarían a sus localidades y que mantendrían los bloqueos hasta solucionar sus demandas.

"El diálogo ha sido suspendido, de aquí en adelante seguiremos (negociando) con los dirigentes cafeteros que están en la legalidad, con los dirigentes cafeteros que no están promocionando vías de hecho y que por tanto no están taponando las vías y las carreteras", aseguró mas temprano el ministro del Interior, Fernando Carrillo, en una declaración ante reporteros en la casa de gobierno y tras reunirse con Santos y otros miembros del gabinete.

La decisión fue tomada "porque ya se están presentando situaciones de emergencia" en algunas ciudades, dijo el ministro que no respondió preguntas.

La postura oficial frente a la aparente división entre los cultivadores en torno a los taponamientos dejó sin solución a corto plazo el conflicto de uno de los sectores más tradicionales de la agricultura colombiana y que no iba a un paro desde los años 90.

Las autoridades de la Federación, que agrupa al sector de 560.000 familias dedicadas al café, han dicho que las exportaciones del grano no han sido afectadas porque la cosecha terminó en enero, antes de la huelga, y hay suficiente grano recogido y almacenado.

Carrillo dijo que ciertas ciudades enfrentaban una "emergencia humanitaria" porque debido a los bloqueos no recibían combustible, víveres o ambulancias y que además turistas peruanos y bolivianos, que incluía bebés, estaban varados en zonas del suroeste del país porque tampoco había transporte de buses hacia el vecino Ecuador.

Al final de la jornada el Ministerio de Defensa de Perú indicó que enviaría dos aviones Boeing 737, un avión Hércules L-100 y un Antonov 32, que realizarán cuatro vuelos cada uno a las ciudades colombianas de Cali y Popayán, en el suroeste colombiano.

"Este puente aéreo permitirá que los compatriotas puedan arribar a la ciudad de Piura, en el plazo más breve. Se calcula que unos mil peruanos se encuentran inmovilizados en Colombia, como consecuencia del bloqueo de vías. Entre ellos hay numerosos niños y ancianos", dijo el ministerio en un comunicado en su página de internet. No precisó la fecha de esos vuelos.

Es muy importante que el país sepa, agregó Carrillo, que "se está precipitando una emergencia de ese carácter por cuenta de la intransigencia de quienes están taponando vías".

Pero voceros de los al menos 25 delegados en la mesa de negociación que se instaló la víspera en Bogotá, en la sede del Ministerio del Trabajo, responsabilizaron al gobierno, que primero dijo que no negociaría si se mantenían los bloqueos y luego el miércoles flexibilizó su postura y anunció las negociaciones pero sin aceptar las demandas del sector.

Algunos gobernadores y alcaldes de al menos 600 municipios que han tratado de mediar entre los bandos, e incluso participaban en los diálogos, presionan por una solución porque localidades como Popayán, capital del departamento de Cauca, al suroeste del país y uno de los epicentros de la huelga, comienza a sentir los rigores del paro.

"El gobierno pues dice que está negociando con los cafeteros y los cafeteros dicen, por supuesto, que desbloquean cuando haya acuerdo", dijo en entrevista telefónica el gobernador de Cauca, Temístocles Ortega, quien también participó en las negociaciones debido a que su departamento existen cultivos del grano.

El gobernador agregó que ha estado hablando toda la semana con los dos lados "para pedirles que coloquen por encima de cualquier distanciamiento la situación humanitaria de la ciudad y de la gente".

Popayán, con unos 280.000 habitantes, sufre de desabastecimiento de combustible y la ciudad, en previsión de desórdenes, implantará durante el fin de semana la "ley seca" o la prohibición de consumo de bebidas alcohólicas de 6 de la tarde a la 6 de la mañana, indicó el gobernador. Explicó que piden que los manifestantes dejen entrar al menos camiones de combustible, de víveres y ambulancias.

Los delegados cafeteros dijeron que era demasiada gente congregada e incluso algunos no eran caficultores y eran esos quienes promovían desórdenes y violentas protestas, mientras la policía los agredía.

Los caficultores exigen elevar de al menos 500.000 a 800.000 pesos (de unos 277 a 444 dólares) el precio mínimo de compra de "la carga" o el equivale a 125 kilos, que es la unidad mínima de manejan los cosechadores del grano. El gobierno dice que no tiene como garantizar ese precio mínimo para todos los cafeteros y que además otros gremios agrícolas podrían solicitar los mismo presionando las arcas estatales.

Entre los negociadores cafeteros es "bastante preocupante porque desafortunadamente están exigiendo (desde el gobierno) una cuestión que ellos mismos la provocaron. La gente, entre más tiempo (dura la protesta), más se va reuniendo y se va desbordando", dijo en diálogo telefónico Emilio Martínez, un caficultor de 70 años y quien fue delegado en la mesa por el departamento de Tolima, al oeste colombiano.

"La gentes está en desbordamiento...y ¿quién controla eso?, por Dios", agregó al destacar que los que se sumaron a la protesta eran desde estudiantes hasta campesinos de otros sectores.

Dijo que regresaba ya a su población y que controlar a los manifestantes era complicado porque si el lunes eran 1.500 manifestantes a las afueras de Ibagué, ahora ya superaban los 8.000.

El precio de la carga de café se calcula con base al precio internacional y la tasa de cambio del peso colombiano frente al dólar y según la Federación, la moneda colombiana se ha fortalecido 45% en los últimos cuatro años, mientras el precio del grano ha caído en el mercado internacional de unos tres dólares la libre hace unos tres años hasta 1,40 a 1,50 dólar por libre actualmente.

Agobiados por esa baja en los precios y con pesadas deudas, los caficultores dicen que producen a pérdida porque generar la carga de café les puede costar más de 700.000 pesos (unos 388 dólares), pero sólo la venden en 500.000 o menos.
 

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