AP
República Centroafricana.- El presidente de Francia Francois Hollande anunció el sábado que enviará 1,600 soldados a la República Centroafricana, 400 más de los que se habían planteado originalmente, quienes permanecerán en el país el tiempo que sea necesario.
Esa nación ya ha emplazado a más de 1,000 elementos en su antigua colonia en un intento por aplacar la crisis que su ministro de defensa ha advertido está "al borde del genocidio".
Miles de cristianos temerosos ante posibles represalias de los ex rebeldes musulmanes que controlan la República Centroafricana, huían, mientras que otros se aventuraron a salir a las calles por primera vez en varios días sólo para dar sepultura a sus muertos después del peor episodio de violencia que ocurre en el desestabilizado país en meses.
La Cruz Roja local dijo que había recogido 280 cadáveres en días recientes, aunque la precaria seguridad ha impedido el acceso a algunos de los vecindarios más afectados.
Entretanto, vehículos blindados y tropas de la misión de pacificación regional africana se desplazaban a toda velocidad por los caminos de acceso a la capital, Bangui, mientras familias que cargaban hojas de palma empujaban féretros en carretas por las cunetas de los caminos. En una señal del agudizamiento de las tensiones, otros caminaban con rapidez por las calles empuñando arcos y flechas, y machetes.
Durante la noche, los refuerzos franceses ingresaron a la República Centroafricana a través de los caminos de la vecina Camerún hacia occidentes mientras que otros se aventuraban a ingresar hacia el norte de Bangui, por primera vez desde el jueves cuando el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó el envío de una fuerza militar internacional para aplacar la violencia, dijo el coronel Gilles Jaron, portavoz del ministerio de defensa francés, en París.
Francia cuenta ahora con 1,200 soldados en el país dijo el coronel, quien se negó a dar detalles sobre el lugar a dónde se dirigieron los refuerzos fuera de la capital. Cientos de soldados realizan patrullas 24 horas al día en Bangui.
Los socorristas se atrevieron a salir a las calles el sábado a fin de recoger cadáveres putrefactos que quedaron expuestos al calor desde el jueves, cuando combatientes cristianos conocidos como anti-balaka que se oponen al régimen que controla el país irrumpieron en la capital en un ataque coordinado a varios vecindarios habitados en su mayoría por musulmanes.
Los residentes de vecindarios cristianos afirmaron que los ex rebeldes conocidos como Seleka poco después lanzaron ataques de represalia, registrando casa por casa en busca de posibles combatientes y disparando a cualquier civil que pasara por el lugar.
La República Centroafricana, que es una de las naciones más pobres del mundo, está arruinada por décadas de golpes de estado y rebeliones.