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Farmacéuticas ante la nueva cara del VIH: pacientes de más edad

Los laboratorios médicos se enfrentan a un nuevo reto en cuanto a medicamentos para el VIH: hacer medicamentos que dominen a la enfermedad sin dañar a los cuerpos que están envejeciendo y que también requieren píldoras para colesterol o diabetes. 

Hace dos décadas, Gus Cairns estaba seguro de que el SIDA sería su causa de muerte. Había enterrado a su pareja y visto innumerables amigos sucumbir a la enfermedad. Cairns estaba constantemente cansado, había perdido peso porque no podía retener los alimentos, y sufrido de virus estomacales crónicos. En 1993, se retiró de su trabajo como terapeuta para prepararse para lo inevitable.

Pero la muerte no sobrevino. "Estábamos en lo más agudo de las muertes por SIDA, cuando aparecieron los fármacos y todos comenzamos a vivir de nuevo", dice Cairns, a quien se lo ve vigoroso y en forma, mientras toma un té en una cafetería cerca de King Cross, la gran estación de trenes de Londres. "Es asombroso".

Un 36 por ciento de los adultos seropositivos en los países desarrollados tienen ahora 50 años o más, frente a 13 por ciento en el 2000, según ONUSIDA. Para el 2020, más del 70 por ciento de las personas VIH-positivas en los Estados Unidos tendrá más de 50, de acuerdo con la Iniciativa de Investigación sobre la Comunidad del SIDA de América.



Eso es todo un éxito. Sin embargo la medicación para el VIH es normalmente tóxica no sólo para el virus, sino para quien la toma. Eso plantea un nuevo reto para los laboratorios: hacer medicamentos que dominen a la enfermedad sin causar estragos en cuerpos que están envejeciendo, minimizando a la vez el riesgo de interacciones perjudiciales en pacientes a quienes se debiera administrar los medicamentos para el VIH junto a las píldoras para la presión arterial, el colesterol o la diabetes.

Desde 1996, el VIH ha sido tratado con las llamadas terapias combinadas, donde tres o más fármacos atacan el virus de modo que le sea más difícil desarrollar resistencia.

Durante casi una década, Truvada de Gilead Sciences Inc. ha sido la base preferida de la terapia, pero se sabe que posee efectos secundarios severos tales como afecciones renales y pérdida de densidad ósea, preocupaciones que normalmente son peores a medida que avanza la edad de los pacientes.

GlaxoSmithKline Plc -la compañía que creó la primera droga contra el VIH, AZT- está ahora trabajando en combinaciones de dos medicamentos. En 2013, Glaxo introdujo un nuevo tratamiento que según los científicos es menos tóxico que las viejas fórmulas y que hace que se torne difícil el desarrollo de resistencias por parte del virus.

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Aunque el fármaco, llamado Tivicay, se utiliza por lo general en combinación con otros medicamentos -a menudo junto a Truvada– los investigadores dicen que podría convertirse en la base de regímenes más simples con dos drogas.

El impulso por simplificar el tratamiento podría modificar notablemente el paisaje de la competencia entre laboratorios. Cuando empezó a hablarse de Tivicay, Glaxo en 2014 obtuvo pequeños avances de participación de mercado, revirtiendo más de una década de pérdidas. UBS dice que si los regímenes duales de Glaxo resultan eficaces, la compañía podría capturar la mitad del mercado para el 2023, frente al 17 por ciento actual.

Los tratamientos existentes "tienen problemas de toxicidad a largo plazo", dice Dominique Limet, CEO de ViiV, una joint venture integrada por Glaxo, la japonesa Shionogi & Co. y Pfizer Inc., que prepara tratamientos para el VIH.

Los regímenes de dos medicamentos, en lugar de los cócteles de tres fármacos que se usan hoy día, "significan menos productos en el cuerpo, un mejor perfil, y potencialmente menores costos".

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Gilead este año recibió la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para una versión mejorada de Truvada, que sustituye el ingrediente relacionado con los problemas renales y óseos con una formulación que causa menos efectos secundarios. La compañía dice que ha introducido dos nuevas terapias combinadas basadas en el compuesto y que está desarrollando más.

La actualización ayudará a Gilead a compensar la pérdida de ingresos cuando una patente clave referida al Truvada original venza el año próximo, abriendo la puerta a versiones genéricas de bajo costo.

El creciente número de pacientes con VIH mayores de 50 años podría beneficiarse con las opciones de tratamientos más sencillos. A medida que las personas infectadas alcanzan la edad de jubilarse, sus regímenes médicos se vuelven más complejos debido a la resistencia viral agregada a los problemas de salud relacionados con el envejecimiento.

"Se vuelve más complicado a medida que se envejece", dice Caspar Thomson, director ejecutivo del NAM / Aidsmap, un portal que ya lleva 30 años brindando información sobre VIH.

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