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La Comisión de Investigación (CoI) de Naciones Unidas para Siria advirtió que sin una solución inmediata al conflicto en ese país, habrá una destrucción política, económica y social devastadoras para la región y el mundo.
La advertencia fue hecha por el presidente de la CoI, Paulo Pinheiro, quien presentó el informe sobre Siria ante el Consejo de Derechos Humanos, donde se reitera el llamado a referir a la justicia internacional a los responsables de crímenes de lesa humanidad y de guerra.
Acusó que el personal médico y los hospitales han sido atacados de manera deliberada y son tratados por las partes en el conflicto, que ya cumplió 2 años y ha costado 70,000 vidas, como objetivos militares.
El acceso a personal médico ha sido negado por razones políticas y sectarias "reales o percibidas'', refirió Pinheiro, con casos en que sunitas han sido coaccionados por fuerzas de seguridad mientras están en tratamiento médico.
Los ataques contra bienes civiles, como hospitales y clínicas, reducen aún más el espacio necesario para la prestación de asistencia básica a los enfermos y heridos.
En Dara'a, en el suroccidente sirio, los entrevistados por la Comisión informaron que los hospitales solo atendían a oficiales, miembros de las fuerzas del gobierno y sus partidarios.
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