Mundo

Éstas son las mujeres que Arabia Saudita quiere tener en secreto

Luego de que el gobierno saudí levantara la prohibición a las mujeres de poder conducir, estás han expresado que están hartas de pagar por Uber o depender de parientes hombres.

La noche en que el gobierno saudí declaró el fin de la prohibición de conducir a las mujeres, Aziza al-Yousef estaba eufórica. La profesora jubilada se llenó de llamadas y mensajes para celebrar después de años de luchar por la libertad. Estaba impaciente por tener una licencia.

"Quiero ser la número 1", dijo al-Yousef a un periodista después del anuncio del gobierno en septiembre.

Alyousef ahora espera el hito detrás de las rejas. Fue detenida el mes pasado, junto con algunos de los mayores defensores de los derechos de las mujeres en el ultraconservador reino islámico. A pocos días de que se levante la prohibición, nueve de las 17 personas arrestadas permanecen en prisión, acusadas de ayudar a enemigos del estado.

Sus nombres aparecieron en la portada de un periódico local, calificándolos de traidores. Han sido acusados ​​anónimamente de ser agentes de Qatar, enemigo de Arabia Saudita.

El fiscal dice que los detenidos han admitido cargos que incluyen "la cooperación con personas y organizaciones hostiles al reino" y "la entrega de apoyo financiero y moral a elementos hostiles en el extranjero". Las autoridades no han proporcionado más detalles sobre lo que eso significa. El Centro para la Comunicación Internacional del Gobierno saudí no respondió a las solicitudes de comentarios.

Durante años, los funcionarios justificaron que se prohibiera a las mujeres conducir diciendo que la sociedad saudita no estaba preparada. Aunque el Islam no lo prohíbe –y, de hecho, las mujeres conducen regularmente en todos los demás países de mayoría musulmana en el mundo– algunos sauditas creen que lleva a la corrupción moral.

Hay mucho entusiasmo en algunos círculos a medida que acerca el gran día, el 24 de junio. Las redes sociales están llenas de mujeres posando orgullosamente con sus nuevas licencias. Las mujeres que quieren conducir dicen que están hartas de pagar por Uber o depender de parientes hombres, que no siempre están cerca. "Necesito conducir", dijo Haya Aldosari, de 35 años, quien probó un simulador de manejo en una exhibición reciente en Riad. "Incluso si nuestras costumbres y tradiciones dicen que no, debo hacerlo".

Pero si bien las vidas de muchas mujeres se están expandiendo en el reino, la brecha entre los objetivos del programa "Visión 2030" del príncipe heredero saudita Mohammed bin Salman y la realidad en terreno a menudo es enorme. El joven príncipe prometió diversificar la economía y flexibilizar las restricciones sociales –Bloomberg Economics estima que permitir que las mujeres conduzcan podría sumar 90 mil millones de dólares a la producción económica para 2030–, pero al mismo tiempo, está haciendo las cosas más difíciles para la limitada sociedad civil del reino.

La represión sigue el camino habitual de un grupo en el poder que mantiene a la gente bajo el mensaje: estás con nosotros o estás en contra de nosotros. El gobierno ha cerrado "cualquier tipo de espacio que le quede a la gente para expresar sus inquietudes de manera segura", dijo Hala Al-Dosari, investigadora saudita en Estados Unidos. En lugar de verlos como aliados, el nuevo gobierno los consideró hostiles, dijo. Ella cree que las autoridades quieren que las personas se alineen, que no presionen por más cambios.

De hecho, las mujeres en cuestión han estado luchando por libertades más básicas que el derecho a conducir, incluido el fin de la tutela, el sistema legal saudita que requiere que las mujeres cuenten con la aprobación de un pariente hombre para viajar fuera del país o casarse.

Alyousef, que tiene alrededor de 60 años, fue una de las defensoras más visibles y conocidas para las mujeres. Una foto de Associated Press de ella manejando durante una protesta en 2014, con un pañuelo negro alrededor de su rostro, fue publicada por periódicos y sitios web de todo el mundo.

Durante años, ella sirvió como punto de contacto accesible para mujeres sauditas en situaciones difíciles, enviando mensajes sobre lugares de trabajo o familias restrictivas, ofreciendo consejos y ayuda donde pudo. En 2016, presentó una petición al gobierno para solicitar el fin de la tutela.

Después del anuncio de que la prohibición de conducir sería levantada, Alyousef y otros activistas celebraron su avance. Luego el estado de ánimo cambió. Uno por uno, comenzaron a recibir llamadas de autoridades advirtiéndoles que permanecieran en silencio. Alyousef entendió el mensaje. Su alguna vez animada cuenta de Twitter quedó inactiva.

También lee: