YAKARTA.- El Estado Islámico (EI) amplió sus guerra terrorista en Asia al realizar los atentados suicida y tiroteos en el corazón de Yakarta, capital de Indonesia, país con más musulmanes del mundo - 202.9 millones de creyentes-, que ocasionaron siete muertos, cinco de ellos yihadistas, y dos civiles, así como 20 heridos.
Los extremistas quisieron repetir en las céntricas calles de Yakarta, la masacre de 13N en París, pero fracasaron por la rápida reacción de las fuerzas del orden, pese a contar con armas cortas, granadas y artefactos explosivos de fabricación casera.
La primera explosión ocurrió frente a una cafetería Starbucks de la planta baja del centro comercial Sarinah's, la tienda departamental más antigua del país, cerca del palacio presidencial y la embajada de Estados Unidos. Segundos después hubo otro estallido justo delante de un puesto de policía.
Las fuerzas antiterroristas tardaron cerca de tres horas en poner fin al enfrentamiento en el Starbucks, después de que siete yihadistas iniciaron un tiroteo con la policía, haciendo estallar además los explosivos que llevaban.
IMITARON EL OPERATIVO EN PARÍS
Un indonesio y un canadiense murieron en el atentado y 20 personas resultadon heridas, entre ellos un holandés que trabaja para el Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas.
El general Anton Charliyan, portavoz de la Policía nacional, afirmó que en el operativo terrorista participó un número indeterminado de agresores con granadas y armas.
"Imitaron los recientes atentados terroristas del 13N París y probablemente procedían del grupo Estado Islámico", añadió el portavoz. Dijo que dos yihadistas fueron capturados vivos.
El EI en foros yihadistas confirmó que "los soldados del califato colocaron artefactos explosivos en Yakarta y cuatro de ellos atacaron con armas ligeras y cinturones explosivos" en esta operación, en la que murieron "cerca de quince cruzados" y otros resultaron heridos.
Estados Unidos condenó los atentados contra civiles, mientras la Unión Europea (UE) afirmó que los hechos en Indonesia es un "trágico recuerdo de que la amenaza del terrorismo es global" y debe ser atajada de igual forma.
