QUITO.- El papa Francisco llegó a Ecuador al iniciar su gira por Sudamérica, para recalcar que es necesario valorar las diferencias y fomentar el diálogo, en un país crispado por diferencias políticas que han llevado en los últimos meses a protestas diarias contra el presidente Rafael Correa.
El pontífice agradeció a dios "por haberme permitido volver a América Latina y estar hoy aquí con ustedes, en esta hermosa tierra del Ecuador". Correa, en compañía de su esposa, recibió al pie de las escalerillas del avión a Francisco, a quien apenas se asomó el viento le arrebató el solideo papal.
En la pista del aeropuerto internacional de Quito, donde niños lo esperaban con banderas del Vaticano, dijo que sentía "alegría y gratitud al ver la calurosa bienvenida".
En su primer mensaje, señaló que en el Evangelio están las claves para afrontar los desafíos "valorando las diferencias, fomentando el diálogo y la participación sin exclusiones, para que los logros en el progreso y el desarrollo que se están consiguiendo garanticen un futuro mejor para todos". Añadió que merecen "especial atención nuestros hermanos más frágiles y las minorías más vulnerables. Para esto podrá contar siempre con el compromiso y la colaboración de la iglesia".
Poco antes una niña indígena agradeció al papa su encíclica Alabado Sea, publicada en junio y consagrada a la protección del medio ambiente. Correa, en un discurso de más de doce minutos, expresó que "el orden mundial no solo es injusto, es inmoral, todo está en función del más poderoso y los dobles estándares cunden por doquier, los bienes ambientales producidos por países pobres deben ser gratuitos, y los bienes públicos producidos por países hegemónicos, como el conocimiento, la ciencia y la tecnología, deben privatizarse y ser pagados".
Añadió que "jamás acabaré de darle gracias a dios y la vida por los privilegios que me ha dado, entre ellos poder conocerlo y recibirlo en mi patria". Miles de personas esperaban en el norte quiteño el paso de Francisco, junto a voluntarios y policías, quienes lanzaron gritos de entusiasmo.
