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Empieza a llegar ayuda a zona afectada por sismo en Indonesia

Las autoridades elevaron este miércoles la cifra oficial de fallecidos a mil 407 personas; además un volcán entró en erupción en la provincia de Célebes.Septentriona

PALU.- La ayuda llegaba lentamente este miércoles a las zonas de la isla de Célebes, en el centro de Indonesia, arrasadas por un terremoto y un tsunami la semana pasada. Los residentes de un vecindario afectado aplaudieron, vitorearon y se chocaban la mano de la emoción al ver un camión parado cargado con suministros.

"Estoy muy feliz", dijo Heruwanto, de 63 años y que emplea un solo un nombre, agarrando una caja de fideos instantáneos. "Realmente no he comido en tres días".

Las autoridades elevaron este miércoles la cifra oficial de fallecidos a mil 407 personas. El vocero de la agencia de desastres, Sutopo Purwo Nugroho, explicó que 519 de los cuerpos fueron ya enterrados.

La comida, el agua, el combustible y los medicamentes todavía no llegaron a las zonas más afectadas fuera de Palu, la principal ciudad sacudida por la catástrofe del pasado viernes. Muchas carreteras quedaron destrozadas por el violento temblor o bloqueadas por escombros. Las comunicaciones eran limitadas.

"Aquí nos sentimos como hijastros porque toda la ayuda está yendo a Palu", dijo Mohamad Taufik, vecino de la localidad de Donggala de 38 años que dijo que cinco de sus familiares siguen desaparecidos. "Hay muchos niños pequeños que están hambrientos y enfermos, pero no hay leche ni medicamentos".

La oficina de asuntos humanitarios de la ONU reportó que las "necesidades son vastas", ya que la gente requiere de forma urgente albergue, agua potable, alimentos, combustible y atención médica de emergencia.

Por otra parte, un volcán entró en erupción la mañana de este miércoles en la provincia de Célebes Septentrional, a unos 940 kilómetros al noreste de la zona remecida por el movimiento telúrico, y arrojó una columna de ceniza que se elevaba a más de 6 mil metros de altura.

Las autoridades advirtieron sobre la presencia de la nube en las inmediaciones del Soputan porque puede ser peligrosa para los motores de los aviones, pero no se ordenaron evacuaciones.

Kasbani, que emplea solo un nombre y dirige el Centro de Vulcanología y Mitigación de Peligros Geológicos, dijo al cibersitio de noticias Tempo que la actividad del volcán se había incrementado desde agosto y comenzó a despuntar el lunes. "Es posible que el sismo acelerase "la erupción", agregó.

En la zona del terremoto, el agua es el principal problema porque la mayoría de la infraestructura de suministro resultó dañada, dijo el vocero adjunto de la ONU, Farhan Haq, a la prensa en la sede de la ONU en Nueva York. El gobierno está coordinando las labores de emergencia y las agencias de ayuda del organismo están ya sobre el terreno o de camino, apuntó.

Más de 25 países ofrecieron asistencia después de que el presidente de Indonesia, Joko Widodo "Jokowi" pidiera ayuda internacional. Sin embargo, poco ha llegado a la zona de desastre, y los residentes, cada vez más desesperados, tomaron alimentos y combustibles de tiendas dañadas y rogaron por ayuda.

Widodo visitó la zona del desastre y señaló que, aunque quedaba trabajo por hacer, las condiciones estaban mejorando y los negocios estaban comenzando a abrir sus puertas, ayudando a la población a regresar a la normalidad. El dirigente explicó que su homólogo estadounidense, Donald Trump, lo llamó el martes en la noche para ofrecerle ayuda.

"Estamos yendo por fases. Hay muchas cosas en marcha relacionadas con la evacuación, y la ayuda y el combustible están llegado", declaró apuntando que 30 personas seguían enterradas bajo los escombros en el hotel Roa Roa de Palu. "Cada provincia tiene casos diferentes, incluyendo la seguridad".

Algunos residentes que se quedaron sin casa no esperaban la ayuda. Docenas vagaban entre los restos de un complejo de departamentos arrasado en la costa de Palu buscando cualquier cosa que pudieran salvar para utilizar en la reconstrucción o revender. Se llevaron planchas de metal, madera, tuberías y otros materiales.

"Tenemos que hacer esto porque no hay ayuda del gobierno", explicó Zaitun Rajamangili, de 41 años, quien dijo que su vivienda quedó destrozada pero su familia sobrevivió.

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