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El virus herpes amenaza producción de ostras, una industria de 4 mdd

Desde 2008, el virus del herpes afectó al 26% de la producción de ostras en Francia; en Australia mató a 10 millones de ostras en tres días, poniendo en jaque a toda una industria.

El virus herpes ha devastado el 26 por ciento de la producción de ostras de Francia desde el verano de 2008. En el otro extremo del mundo, en Australia, el virus mató a 10 millones de ostras en tres días. Los investigadores sospechan que el cambio climático podría provocar el agravamiento de las pérdidas.

Para obtener más información acerca de cómo el virus y el agua más caliente del océano afectan a las ostras del Pacífico, los investigadores de la CSIRO, la agencia científica nacional de Australia, y la Universidad de Tasmania están utilizando goma de mascar de uso odontológico para adherir monitores de ritmo cardíaco a una media docena de ellas.

Otra docena de ostras del Pacífico están conectadas en un laboratorio interior, donde la luz y la temperatura se modifican para medir los cambios en las reacciones fisiológicas de las ostras.

"Se puede estar de pie frente una valla y desde allí mirar a su vaca o a su oveja, pero no se puede hacer eso con una ostra", dijo Nick Elliott, responsable del grupo de investigación de la Organización de Investigación Científica e Industrial del Commonwealth de Australia (CSIRO), organismo insignia de la agricultura, que está liderando el equipo de investigación en Hobart, Tasmania. "Sus caras no dicen cómo se están desempeñando".

Elliott espera que la reacción de las ostras responda a las preguntas que plagan una industria mundial de 4 mil 100 millones de dólares que está lidiando con un virus como el herpes, que puede tener una tasa de mortalidad del 100 por ciento. Los resultados también pueden arrojar luz sobre cómo mitigar los efectos de un calentamiento de los océanos sobre la industria mundial de la pesca y acuicultura, que provee hasta el 16.5 por ciento de la proteína consumida por la población mundial, según la Organización Mundial de la Salud.

PARTÍCULAS DE PLANCTON

La industria de la ostra de Australia tiene un valor aproximado de 83 millones de dólares cada año, según el gobierno. Aunque nadie sabe cómo viajó el herpes a Australia o Nueva Zelanda, podría propagarse a través de su comida. El virus podría adherirse a las partículas del plancton, de acuerdo con Richard Whittington, profesor de salud animal en la Universidad de Sídney. Investigadores de la universidad han sido capaces de filtrar el agua, separando el plancton que tiene el virus adherido, y criando de manera segura las ostras bebé, llamadas larvas.

El proyecto también ha demostrado que la cría de ostras de 30 centímetros, dejándolas más tiempo fuera del agua cada ciclo de marea, ayuda a las ostras mayores. Los animales que se encuentran en el medio de ese rango, en realidad, no reciben ayuda de ninguno y todavía son susceptibles al herpes, dijo.

En Nueva Zelanda, donde la producción cayó en hasta un 60 por ciento, los científicos están tratando de criar animales resilientes al virus. La Comisión Australiana de la Competencia y del Consumidor este mes aprobó un impuesto de hasta 10 años sobre la compra de larvas para permitir la investigación en el desarrollo de animales resistentes al herpes.

"Si el virus se desplaza a Tasmania y Australia del Sur, entonces nuestra industria nacional de ostras estará en graves problemas", dijo Graham Mair, director del programa de innovación productiva en el Australian Seafood Cooperative Research Centre con sede en Adelaide.

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