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El Stade de France vivió uno de los días más tristes en su historia

En el marco del partido amistoso de preparación que se celebró en Francia en el que la selección gala y la alemana se enfrentaron, varias detonaciones se escucharon a lo largo del encuentro en las inmediaciones del Stade de France, siendo uno de los al menos 6 ataques sucedidos el viernes en París. Aquí la crónica.

Mientras las noticias de una matanza se filtraban entre el público y las sirenas de los autos patrulla de la policía se escuchaban afuera, miles de aficionados al fútbol deambulaban por el Stade de France, renuentes a abandonar el recinto aparentemente seguro.

Los espectadores no cayeron en pánico, pese a escuchar las explosiones provenientes de una zona cercana, parte de una carnicería que se desataba en la ciudad y que dejó decenas de muertos en múltiples atentados. Pero hubo mucha ansiedad y tensión.

Durante el primer tiempo del partido amistoso entre las selecciones de Francia y Alemania el viernes, dos explosiones se escucharon cerca. La primera, alrededor de las 9:20 de la noche, fue un estallido corto y seco.

"Los escuchamos, pero pensamos que se trataba de artefactos caseros o juegos pirotécnicos", comentó el fanático Frederic Lavergne a The Associated Press mientras salía del estadio. "En ese momento no teníamos idea de lo que era".


El siguiente "estallido" se escuchó pocos minutos después, y se oyó claramente mientras se abría paso en el aire helado.

El ruido dentro del estadio era poco en ese momento, dado que el partido ofrecía pocas emociones, y el sonido de las sirenas afuera era fuerte, al igual que el de las hélices de los helicópteros de la policía que sobrevolaban la zona.

Para el final del partido, que Francia ganó 2-0, el ambiente era de silenciosa especulación mientras las noticias se filtraban por medio de teléfonos móviles y las redes sociales informaban de la matanza.

Lo que habría sido el festejo del triunfo de la selección se tornó en una noche de angustia. Algunas personas seguían cantando cerca del silbatazo final, pero un sentimiento deprimente se había apoderado de la mayoría de los presentes.

Momentos después que el árbitro decretara el final del encuentro, cientos de aficionados invadieron la cancha. Al principio, el personal del estadio en sus chalecos fluorescentes parecía confundido por la conmoción. Pero pronto resultó evidente que los aficionados sólo querían mantenerse en el terreno de juego en lugar de atreverse a salir.

"Preferimos permanecer en la cancha; ahí era donde nos sentíamos más seguros", declaró Lavergne. "Se nos dificultaba entender las explicaciones dadas en el estadio".

Después de un segundo aviso al público que aseguraba a los aficionados que era seguro abandonar el estadio y tomar transporte público, la gente empezó a salir, y varias personas cantaban la Marsellesa al hacerlo.


Francia será la sede de la Eurocopa el próximo año, y el duelo del viernes era uno de los pocos encuentros que le quedaban al técnico Didier Deschamps para poner a prueba a la selección antes del torneo.

Ahora habrá dudas sobre si será seguro llevar a cabo el torneo, con 24 equipos participando en juegos en diferentes partes del país.

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