Los estadounidenses no terminan de reponerse de las masacres más sangrientas que este año azotaron al país, pero ya impusieron un nuevo récord en la adquisición de armas de fuego. De acuerdo con datos del FBI, en un sólo día, durante el llamado Black Friday, 203 mil 86 solicitudes de verificación de antecedentes criminales fueron recibidas para la compra de armas, 165 mil 327 más a las de 2016.
A pesar de que los controles son necesarios para comprar en tiendas de armas de fuego con licencia federal, las solicitudes al FBI no son, sin embargo, una medida de venta real de armas de fuego, puesto que una misma persona podría adquirir múltiples equipos en una sola compra. Por lo tanto, el número de armas vendidas durante el Black Friday de este año, fue todavía mayor a la cifra emitida por el gobierno federal, según destacó el diario USA Today.
Las crecientes cifras recibidas por el Sistema Nacional de Verificación Criminal de Antecedentes Instantáneos (NICS) se producen pocos días después de que el fiscal general, Jeff Sessions, ordenara una revisión exhaustiva del sistema, luego de revelarse fallas que Devin Patrick aprovechó para comprar el rifle que utilizó a principios de este mes para matar a 26 personas dentro de una iglesia bautista de Sutherland Springs, Texas.
Además, hace apenas un mes, Estados Unidos vivía el tiroteo más grave de la historia del país después de que un hombre matara a 59 personas e hiriera a cientos más durante un concierto en Las Vegas.
Las propias autoridades federales se han quejado abiertamente de que las bases de datos del NICS están incompletas y la escasez de personal dificulta seguir el ritmo constante de las verificaciones de antecedentes exigidas a la mayoría de los nuevos compradores de armas, así como rastrear de manera eficiente las armas de fuego utilizadas en los delitos.
De acuerdo con USA Today, el viernes pasado los estadounidenses se lanzaron a las tiendas a buscar, principalmente rifles y pistolas automáticas.
El miedo a que los llamados a mayores restricciones fructifiquen tras las recientes tragedias en el país, llevó a los americanos a hacer su acopio.
Eso explica también que durante la administración de Barack Obama, favorable a más controles, las ventas de armas se dispararan.
El ejemplo más sintomático corresponde a diciembre de 2013, justo después de la reelección del demócrata, y coincidiendo con la matanza de niños en la escuela de Sandy Hook, en Connecticut. Se compraron unos dos millones de armas, un récord mensual en aquel momento, según el recuento de The New York Times en base a las cifras del FBI.