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El Cairo recibe con frialdad a enviado de EU en medio de protestas


 
Reuters
 
 
EL CAIRO- El primer funcionario estadounidense de alto nivel en visitar Egipto desde que el Ejército derrocó al presidente electo fue desairado el lunes tanto por los islamistas como por sus opositores.
 
 
Tras reunirse con el líder interino y el primer ministro del país, el subsecretario de Estado estadounidense, William Burns, insistió en que no había llegado "a reprender a nadie". No obstante, ambos bandos del dividido Egipto sospechan que Washington conspira en su contra.
 
 
Una gran multitud de partidarios del islamista Mohamed Mursi llegaron a una plaza cerca de una mezquita en el noreste de El Cairo con una gran bandera egipcia, pancartas y retratos del detenido líder.
 
 
Acusando a Estados Unidos de apoyar un golpe militar, miles de partidarios de Mursi han estado en una vigilia en el lugar desde días antes de que el Ejército derrocara al presidente el 3 de julio, llegando a las decenas de miles en protestas masivas de algunos días.
 
 
El Ejército les advirtió el lunes que respondería con "la mayor severidad, firmeza y fuerza" si se acercan a bases militares. Al menos 92 personas murieron en los días posteriores al derrocamiento de Mursi, más de la mitad de ellos a manos de las tropas afuera de una barraca cerca de la mezquita una semana atrás.
 
 
Desde entonces, las protestas han sido tensas pero en su mayoría pacíficas.
 
 
Los enemigos de Mursi también llamaron a una manifestación el lunes en la tarde. Sus protestas han sido pequeñas en comparación, ya que su objetivo es deponer al presidente.
 
 
La crisis en el país árabe más poblado del mundo, que tiene un tratado de paz con Israel y controla el estratégico Canal de Suez, alarmó a sus aliados en la región y Occidente.
 
 
Burns llegó a la dividida capital del país, donde ambas partes están furiosas con Estados Unidos. La superpotencia apoya a Egipto con 1,500 millones de dólares anuales, los cuales en su mayoría van destinados al Ejército.
 
 
"Sólo los egipcios pueden determinar su futuro. No vine con soluciones estadounidenses. Tampoco vine a reprender a nadie", dijo Burns en una conferencia de prensa. "No intentaremos imponer nuestro modelo en Egipto", agregó.
 
 
Washington, que nunca se sintió cómodo con la llegada al poder de los Hermanos Musulmanes de Mursi, aún no ha dicho si considera la remoción del mandatario como un golpe de Estado, lo que requeriría que detenga su ayuda al país.
 
 
El Departamento de Estado dijo que Burns se reunirá con "grupos de la sociedad civil" así como con funcionarios del Gobierno, pero el islamista Partido Nour y el movimiento de protesta Tamarud, opositor a Mursi, dijeron que habían rechazado las invitaciones para reunirse con Burns.
 
 
"Primero, necesitan reconocer el nuevo sistema", dijo el fundador de Tamarud, Mahmoud Badr, sobre los estadounidenses. "Segundo, deben disculparse por su apoyo al partido de los Hermanos Musulmanes y por el terrorismo. Entonces podemos pensarlo", agregó a Reuters.
 
 
En una mayor muestra de desaire, Badr publicó en internet una copia de la invitación, que incluía el número de teléfono de la embajada de Estados Unidos.
 
 
 
Nour dijo que había rechazado reunirse con Burns por la intromisión "injustificada" de Estados Unidos en asuntos egipcios.
 
 
El partido político de los Hermanos Musulmanes dijo que no tenía reuniones planeadas con Burns, aunque no estaba inmediatamente claro si fue invitado.
 
 
"Estados Unidos son quienes llevaron a cabo el golpe de Estado militar", dijo a Reuters Farid Ismail, alto funcionario del brazo político de los Hermanos Musulmanes. "No nos arrodillamos ante nadie y no respondemos a la presión de nadie", agregó.
 

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