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“Descarrilé, ¿qué voy a hacer?”


 
SANTIAGO DE COMPOSTELA, España, 25 de julio.-- La policía puso bajo custodia en el hospital, donde convalece de heridas leves, a Francisco José Garzón, maquinista del tren que descarriló cerca de aquí causando la muerte de 80 personas y dejando 130 heridos -31 en estado crítico- en la colisión e incendio posterior que los trabajadores achacan a fallas de seguridad que facilitaron el accidente, provocado según el gobierno autónomo gallego por exceso de velocidad.
 
El maquinista, quien ayudó a rescatar a víctimas, gritaba al teléfono: "descarrilé, qué voy a hacer, qué voy a hacer". De 52 años, Garzón ha sido conductor de trenes por 30 años, dijo una portavoz de la empresa ferroviaria Renfe. En su cuenta de Facebook, se jactaba de conducir a más de 190 kilómetros por hora en una curva de la vía que debe tomarse a 80.
 
El sindicato de maquinistas afirmó que la tragedia pudo evitarse si hubiera estado operativo el Sistema Europeo de Gestión de Tráfico Ferroviario, capaz de controlar el tren automáticamente en caso de exceso de velocidad.
 
El tren de alta velocidad con 8 vagones se descarriló en las afueras de Santiago de Compostela, centro católico de peregrinaje del apostol Santiago, que se disponía a celebrar las fiestas del santo patrón, que fueron canceladas.
 
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, oriundo de la ciudad, visitó el lugar del siniestro y el hospital donde convalecen los heridos. Declaró 3 días de luto nacional en honor a las víctimas de la tragedia ferroviaria por el descarrilamiento.
 
Las principales instituciones del Estado guardaron un minuto de silencio a mediodía y los reyes acudieron a la capital gallega para visitar a los lesionados.
 
La tragedia llega especialmente en mal momento para Rajoy, quien el uno de agosto comparecerá ante el Congreso de los Diputados en Madrid para explicar su papel en el caso de corrupción que afecta al Partido Popular (PP) por pagos ilícitos a sus dirigentes, incluido él mismo.
 
Otro desastre ocurrido en Galicia, la catástrofe del Prestige, buque petrolero que se hundió en 2002 en la costa con 63,000 toneladas de crudo, dañó la ecología de toda la región y asestó un duro golpe al PP.
 
 
Mexicana fallece durante intercambio en Galicia

 
 
Yolanda Delfín Ortega, estudiante mexicana originaria de Veracruz que viajaba en el tren que se descarriló cerca de Santiago de Compostela, España, murió en el accidente, confirmó la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
 
"Lamentablemente, a las 16:08, hora local, las autoridades españolas comunicaron a nuestro cónsul honorario la identificación de una víctima mortal de nacionalidad mexicana. Se ha informado lo conducente a la familia, que está por trasladarse a España. A través de la cancillería y la embajada de México, se darán todos los apoyos necesarios a la familia para el traslado de los restos de la víctima", agregó.
 
Minutos antes, el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, lamentó el fallecimiento a través de su cuenta de Twitter. La joven era hija del director de la Agencia Veracruzana de Investigaciones, Mario Delfín Domínguez, y de Yolanda Ortega Avendaño, informó el gobierno estatal. Previamente, la madre de la joven reportó que habían sido halladas las identificaciones oficiales de la estudiante.
 
"Encontraron la credencial del IFE y su pasaporte, le dijeron a mi esposo que fuera a la Torre Ánimas y que allá le explicaban.", dijo. En la Torre Ánimas, ubicada en Xalapa, se encuentra la delegación Veracruz de la SRE.
 
Delfín Ortega, estudiante de intercambio de la carrera de derecho, figuraba entre los pasajeros desaparecidos que viajaban en el tren que descarriló. El primero en dar la voz de alerta fue el novio de Yolanda, Luis Ledesma, quien afirmó que unos 5 minutos antes del accidente se comunicó con la chica de 22 años a través de sus cuentas de Facebook. Por medio de un mensaje, a las 20:30 de España, le anunció que estaba por llegar a Santiago de Compostela.
 
Explicó que instantes después leyó las noticias del accidente en el tren en el que viajaba Delfín Ortega, quien tenía 6 meses de vivir en la ciudad gallega.
 
 
 
 
 

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