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Derogación de 'pies secos-pies mojados' suscita reacciones encontradas en Cuba

Los cubanos reaccionaron de manera diferente ante la derogación por parte de Estados Unidos de la política de “pies secos-pies mojados”, que les concedía a los nacionales considerables privilegios frente a los migrantes del resto del mundo.

LA HABANA.- El gobierno de Raúl Castro apoyó la decisión de Estados Unidos de suprimir los privilegios a los emigrantes clandestinos de la isla, integrados en la política conocida como "pies secos, pies mojados",
pero entre los cubanos la medida suscitó reacciones encontradas: aplausos resueltos y esperanzas truncadas.

La decisión fue reseñada por la prensa oficial como una victoria del gobierno de Raúl Castro, que desde hace años demandaba la eliminación de esta práctica, vigente desde 1995 y mediante la cual los indocumentados cubanos que tocaban territorio estadounidense eran admitidos y legalizada su situación, sin importar las vías utilizadas para ello. Los que se interceptaban en alta mar eran devueltos a la isla.

"Ahora solo nos queda la Ley de Ajuste Cubano, por lo que será mucho más difícil llegar a Estados Unidos", declaró a El Financiero Yoel Jiménez, de 22 años, quien tenía entre sus planes inmediatos emigrar a ese país.

La Ley de Ajuste entró en vigor en 1966, en el peor momento del enfrentamiento entre La Habana y Washington. Gracias a ella se concedía el derecho inmediato al permiso de residencia a cualquier cubano que llegara a territorio norteamericano y al año se le otorgaba automáticamente la residencia permanente. Ahora, para ser beneficiados por esta ley, debe comprobarse la condición de refugiados políticos.

En opinión de Ben Rhodes, asesor de seguridad nacional del presidente Barack Obama, "hay apoyo bipartidista" para que el Congreso derogue
la Ley de Ajuste.

"Esto es muy malo para los cubanos, porque esto era una salida bien buena para nosotros", dijo a AFP Tatiana Rodríguez, una peluquera de 32 años a la que sorprendió la noticia cuando paseaba con sus dos hijos por el Malecón de La Habana.

La trabajadora privada Nilka Ocampo, de 26 años, era una de los pocos cubanos que conocía la noticia. En una de las zonas wifi junto al Malecón, "chateaba" con amigos que viven en Miami.

"Ya lo sé todo. De cierta forma es bueno, porque ya no corren el riesgo de morirse tantos cubanos ahogados, que son posiblemente más los que se mueren que los que llegan", indicó Ocampo.

Pero también "es mala (...), porque el cubano emigra buscando un futuro mejor (...), por necesidad", apuntó.

"Estoy muy de acuerdo con la medida y con que los cubanos sean tratados igual que el resto de los migrantes", consideró María Elena Rodríguez, de 43 años, para quien, a partir de ahora, "se detendrá tanta muerte de los que se tiraban al mar para alcanzar el sueño americano".

Especialistas locales consideran que la migración cubana actual no difiere de la del resto de la región, movida esencialmente por causas económicas y familiares.

"Cuba es el único caso en la historia de la humanidad donde los exiliados políticos regresan luego de vacaciones con su familia, juegan dominó en el barrio, y caminan por sus calles sin el más mínimo peligro", afirma el blog Joven Cuba, y añade que "por obra y gracia de la política migratoria de los Estados Unidos y de su Ley de Ajuste Cubano, los inmigrantes económicos se convierten en exiliados políticos".

Con información de AFP

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