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Cuba despide un año de tensiones con Trump y poco avance económico

La política del presidente Donald Trump, que incluye un recrudecimiento del embargo y nuevas restricciones para viajes, ha llevado a la isla a una disminución visible del turismo y enfrenta una economía golpeada por el paso de huracán 'Irma'.

LA HABANA.- Los cubanos se disponen a recibir el 2018, año en el que al igual que los mexicanos elegirán un nuevo gobierno, con la esperanza de que sea mejor, luego de 12 meses difíciles que incluyeron desde el paso de un fuerte huracán hasta el retroceso en las relaciones con Estados Unidos.

Mientras que en enero pasado prevalecía el optimismo, el tiempo transcurrido hasta hoy arroja un saldo poco esperanzador, a lo que contribuyó la suspensión en agosto de las licencias para el trabajo privado en varios sectores y la disminución visible del turismo, el renglón más dinámico de la economía cubana.

Frente al decrecimiento del 0.9 por ciento en el 2016, la economía cubana logró este año un crecimiento del 1.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), según informó el ministro de economía y planificación, Ricardo Cabrisas.

El funcionario precisó, sin embargo, que continúan las tensiones financieras y energéticas por la caída del suministro de petróleo por parte de Venezuela, así como la reducción en los precios y el volumen de un grupo de exportaciones, a lo que se sumó las pérdidas causadas en septiembre por el pasado del huracán Irma, cuyo monto total ascendió a 13 mil millones 585 mil dólares.

En cuanto al turismo, aunque las autoridades del sector esperan al menos igualar la cifra de 2016 de cuatro millones 35 mil 577 visitantes, lo cierto es que resulta visible la disminución de visitante, sobre todo en las última semanas, cuando la isla se encuentra en temporada alta.

Focos
El resultado. Los cubanos despiden el año con la frustración de no haber podido ir a visitar a su familia en Estados Unidos, debido a las restricciones impuestas por el gobierno de Donald Trump.

El retroceso. Tras dos años de un histórico acercamiento diplomático entre Washington y La Habana, la llegada de Trump, el 20 de enero, volvió a tensar la relación con nuevas medidas de restricción para los viajes a la isla.

Pese a que continúan los cruceros y los vuelos desde Estados Unidos, y que de acuerdo con cifras oficiales los norteamericanos siguieron viajando a la Mayor de las Antillas este año para llegar, hasta noviembre, a 579 mil 288, "en las últimas semanas estas visitas han disminuido claramente", reconoció la directora para Estados Unidos de la cancillería cubana, Josefina Vidal.

Para la funcionaria, la causa de este descenso radica en la política hacia Cuba diseñada por el presidente Donald Trump, que incluye un recrudecimiento del embargo y la aplicación de nuevas restricciones para los viajes.

"Esto no está ni parecido a como se encontraba en esta misma fecha del pasado año", comentó a El Financiero un mulato alto, empleado de la emblemática Bodeguita del Medio, en La Habana Vieja.

A este panorama se añade el congelamiento, en agosto, del otorgamiento de nuevas licencias para el trabajo privado en áreas como restaurantes y renta de habitaciones, mientras las autoridades han lanzado una ofensiva contra "las ilegalidades" que comprende el cierre de varias entidades y el encarcelamiento de sus propietarios, de acuerdo con trascendidos no oficiales.

En tanto, la primera parte de los comicios generales se realizaron en noviembre con la elección de los delegados y la instalación de las Asambleas Municipales del Poder Popular, que debe continuar en 2018 y concluir, luego de que el Parlamento lo postergara, el 19 de abril, con la elección de un nuevo presidente, quien, por primera vez en casi 60 años, no sería de la generación que encabezó Fidel Castro.

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