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Cristina Fernández ofrece último informe de gobierno

A ocho meses de las elecciones presidenciales, Fernández de Kirchner advirtió que el país va a ser “incómodo” sólo si quienes la sustituyen piensan sacar derechos ganados por la gente, o si quieren reprivatizar empresas, negar aumentos a los jubilados y programas sociales.

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ofreció hoy un último informe de gobierno en el que defendió acuerdos con China, exigió colaboración a Israel en materia antiterrorista y garantizó que dejará un país mejor.

"Yo no dejo un país cómodo para los dirigentes, dejo un país cómodo para la gente", afirmó al inaugurar las sesiones de la Asamblea Legislativa con un discurso de tres horas y 40 minutos en los que explicó el estado de la Nación.

A ocho meses de las elecciones presidenciales, Fernández de Kirchner advirtió que el país va a ser "incómodo" sólo si quienes la sustituyen piensan sacar derechos ganados por la gente, o si quieren reprivatizar empresas, negar aumentos a los jubilados y programas sociales.


"El país que dejo es un país muy cómodo para los seis millones de jubilados, que tiene un nivel de desempleo del seis por ciento, el salario y la jubilación más altos de América Latina, la mayor inclusión previsional, donde se respetan los derechos humanos", resumió.

La abogada que comenzó a gobernar en 2007 y fue reelecta cuatro años más tarde, habló ante el Parlamento por octava y última vez consecutiva, ya que el próximo 10 de diciembre entregará el poder al candidato que gane las presidenciales de octubre.

En la primera parte de su discurso, Fernández de Kirchner presumió los logros alcanzados en materia de deuda externa y anunció: "Hemos desendeudado definitivamente a la Argentina", ya que los pagos futuros son mucho menores que los que se tuvieron que hacer en los últimos años.

Ante legisladores, gobernadores, miembros del Poder Judicial y su gabinete en pleno, la presidenta presumió el crecimiento del turismo, trabajo, mejoras en la salud, ciencia y tecnología, derechos de género, indicadores de pobreza y desempleo.

El informe subió de tono cuando se refirió a recientes acuerdos comerciales firmados con China que fueron cuestionados por la oposición.

"Cómo no vamos a tener relaciones normales, estratégicas con aquellos que nos vienen a ofrecer inversiones. No se puede ser tan subordinado, tan estúpido, tan colonizado. Por favor, qué chiquitos, qué miedo les tienen a los chinos", lanzó.

El clímax, sin embargo, llegó cuando se refirió al atentado sufrido en 1994 en la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), por el que el fiscal Alberto Nisman la acusó de pactar la protección de los iraníes involucrados, denuncia que fue rechazada el jueves por un juez.

La presidenta enfrentó a los opositores que sacaron carteles sobre la AMIA en plena sesión y les recordó que ella habla de la causa desde que era legisladora, además de que encabezó el gobierno que más esfuerzos hizo para que se esclareciera el atentado.

Aprovechó, además, para preguntar por qué siempre se habla del ataque a la AMIA que dejó 85 muertos y nunca del atentado a la embajada de Israel en Buenos Aires, que en 1992 mató a 29 personas y que también permanece impune.

"Todavía no puedo entender por qué el Estado de Israel reclama por la AMIA y no por la voladura de su propia embajada, ¿alguien le puede informar a esta presidenta cuál es el resultado, quiénes son los condenados, los procesados?", ironizó.

Fernández de Kirchner anunció que solicitará a Israel que su exembajador Yitzhak Aviran venga a declarar como testigo en la causa AMIA, y lamentó el retraso del juicio por encubrimiento del ataque en el que están acusados el expresidente Carlos Menem y otros exfuncionarios.

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