LA HABANA.- Los cubanos reaccionaron entre la indignación y la mesura ante el anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre el cambio de política hacia la isla, con el que puso fin a dos años y medio de "luna de miel" entre Washington y La Habana.
"Creo que Trump está pagando la cuota de las componendas que está obligado a hacer para evitar que Marco Rubio empuje al Comité de Inteligencia del que forma parte en el Congreso contra su persona, por el lío de sus posibles contactos con los rusos", declaró a El Financiero Pedro Pablo Rodríguez, Premio Nacional de Historia.
Para Rodríguez, esta nueva situación "obliga a Cuba a insuflarle mayor presión a su política internacional" y, en el plano interno, "a una lucha frontal y sin cuartel contra la corrupción y el burocratismo que hacen daño económico y moral al país.
Contrariamente a lo que muchos esperaban, la primera reacción del gobierno cubano, horas después del anuncio de Trump, el viernes, estuvo marcada por un tono mesurado y sin estridencias, que contrastó con la retórica del presidente en un teatro de Miami, donde echó mano a los peores recursos de la época más álgida de la Guerra Fría.
Aunque reconoció que los pronunciamientos de Trump constituyen un retroceso en el clima de distensión bilateral iniciado en diciembre de 2014 por Raúl Castro y Barak Obama, el gobierno cubano reiteró su voluntad de continuar el diálogo respetuoso y la cooperación con Trump, aunque precisó que no debe esperarse que la isla realice concesiones ni acepte condicionamientos de ninguna índole.
"Cuando escuché a Trump estuve a punto de romper el televisor, pero me acordé que son muy caros y no tengo dinero para comprar otro", confesó a este diario Orlando Hernández, quien combatió en las arenas de Playa Giron de los milicianos cubanos, con solo 18 años.
Rosalía, joven dependiente del Café Laurent, céntrico restaurante privado de La Habana no pierde la esperanza "en que se imponga la cordura y no volvamos para atrás".
"De todas formas, si eso sucediera y tuviéramos menos clientes norteamericanos, nos enfocaríamos entonces en los europeos, que esos sí siguen viniendo", afirmó.