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BERLÍN.- Los partidos que componen la coalición gobernante en Alemania alcanzaron un acuerdo sobre un paquete de medidas para lidiar con los solicitantes de asilo que ya se han registrado en otros países de la Unión Europea y se comprometieron a impulsar una ley migratoria antes de fin de año.
El acuerdo de dos páginas, alcanzado tras una breve reunión en el histórico edificio del Reichstag, pone fin a una disputa que amenazaba con derribar la "gran coalición" de Angela Merkel pocos meses después de haber llegado al poder, pero dejó políticamente debilitada a la líder en su cuarto mandato.
No obstante, el debate ha dejado resentimientos duraderos en la que ya era una coalición frágil impulsada por Merkel después de que no pudo formar una alianza con dos partidos menores.
El ministro del Interior, Horst Seehofer, líder de la Unión Social Cristiana (CSU) -aliada tradicional de los democristianos (CDU) de Merkel y con sede en Baviera- provocó la crisis cuando amenazó con desafiar a la canciller y devolver a la frontera al pequeño número de solicitantes de asilo -un máximo de cinco personas al día- que se presenta tras registrarse en otros países de la UE.
Los partidos acordaron acelerar el proceso de devolución de los inmigrantes a los países de la UE en que se habían registrado, como exigen las actuales leyes del bloque, pero solo si existen acuerdos en vigor con esas naciones.
Para cumplir el pacto es necesario firmar acuerdos con Italia y otros países que se han mostrado reacios a volver a aceptar a los inmigrantes.
Los Socialdemócratas (SPD) de centroizquierda celebraron el acuerdo como una victoria para su formación, al tiempo que criticaron a los conservadores por lo que el ministro de Finanzas, Olaf Scholz, calificó como el "teatro veraniego" de las últimas semanas.
Aunque el pacto evita la caída del gobierno de Merkel y mantiene a su bloque conservador unido, el episodio subrayó la fragilidad del gobierno alemán y la posibilidad de que surjan nuevas disputas.